El turista británico John Westbrook captó en la ciudad de Caorle, en el norte de Italia, cómo un vehículo Renault Megane estacionado frente a la playa literalmente empezó a derretirse a una temperatura de 37 grados Celsius. Espejos retrovisores, molduras y parachoques se derretían cayendo al suelo en forma de goterones.
Fuente: RT