En la tierra de la cantera rosa por excelencia resulta inexplicable que las reparaciones más recientes a un icono cultural, como es el quiosco de la Plaza de Armas de la ciudad, se hagan con base en simple concreto.
Una revisión a esta edificación situada en el centro del primer cuadro, a la cual acuden numerosos visitantes locales y de otros estados del país para tomarse fotografías, incluso turistas extranjeros, permite ver la gran cantidad de parches de cemento que se le han hecho a la construcción hecha en la tradicional cantera rosa potosina.
Estos parches están en diversos puntos de las cuatro escaleras de acceso, en pequeños tramos de cornisas de los muros exteriores, en los pilares de las balaustradas y en otros elementos del conocido quiosco.
En teoría, cualquier reparación de elementos arquitectónicos del Centro Histórico requiere del visto bueno de la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y se debe hacer, también en teoría, con materiales de la misma naturaleza que el original.
Sin embargo, pareciera que en este caso las reparaciones del quiosco no fueron supervisadas adecuadamente por el instituto.
Dentro del quiosco, al menos un tramo de su balaustrada o barandal de cantera, el del lado sur – poniente, fue señalizado con cintas de precaución debido al mal estado de algunas de las piezas de cantera.
La gente que acude al lugar, sin embargo, hace poco caso de dichas cintas y se sienta sobre la parte alta del barandal.
Quizá sea el momento de que se aproveche el alto nivel de maestría de las y los canteros potosinos para acometer una verdadera renovación del icónico quiosco.
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