Esta medida fiscal afecta a quienes no pueden llevar “lonche” a su centro de estudio o de trabajo.
El gravamen que desde el 1 de julio se tiene que aplicar a los alimentos procesados en las tiendas de con-veniencia podría afectar en mayor magnitud a estudiantes y trabajadores de oficinas.
Según encargados de mostrador de algunos establecimientos, las personas que más consumen este tipo de víveres son adultos jóvenes que trabajan o estudian cerca del lugar y que por algún motivo no tienen posibilidad de preparar su comida y llevarla consigo o regresar a sus hogares a la hora de la comida.
“Es la misma gente la que viene por comida todos los días, gente joven, como de 20 o 25 años, que trabaja por aquí, en los restaurantes o en las oficinas”, asegura la empleada de una tienda Extra.
La nueva disposición de la Secretaría de Hacienda indica que se le aumentará el 16% de Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los alimentos considerados procesados, es decir, que no necesiten de otra prepara-ción extra para su consumo al momento de ser adquiridos. Algunos de los alimentos a los que afecta el im-puesto son: pizzas, sándwiches, hot dogs, sopas instantáneas, hamburguesas, alitas, provisiones que po-drían ser de los más adquiridos en las tiendas denominadas “de conveniencia”, ya que adquirir otro tipo de producto en la misma tienda podría no ser suficiente para satisfacer el hambre de mitad de la tarde.
“Lo que más compran son vikingos (hot dogs) y café, porque las sopas o algunos sándwiches para ellos es como pérdida de dinero, no les llena”, menciona la encargada en turno de un Oxxo, entrevistada por Exprés.
Catedráticos de la Facultad de Economía ven esta medida como un “enmiendo económico” que lleva implícito alguna desatención por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT), pues aunque pa-reciera una especie de justicia para cobrar a todos por igual, en el día a día sólo afectaría a empleados con salario mínimo o un poco más, oficinistas o estudiantes sin mayor posibilidad a ingresos.
Los economistas aseguran que este impuesto a la larga afectará a los mexicanos en el transcurso del año y que implique la creación de inflación en la economía mexicana, entonces, para los profesores de la UASLP lo único que adelgazaría el impuesto a los productos de ese tipo, supuestamente hecho para combatir el sobrepeso en México, será la cartera de los consumidores.
Pero el “impuesto Godínez”, como se le ha llamado en redes sociales, también alcanzaría a tiendas de abarrotes, porque los consumidores dejarían de adquirir sus alimentos al no estar a su alcance financiero.
Los mismos empleados de mostrador aseguran que una de las mayores ventas que se registran en sus lugares de trabajo son los de los productos de comida rápida.
Aunque algunas de las tiendas de abarrotes no estén cobrando aún el nuevo impuesto en su “comida rápida”, el SAT considera esto una práctica indebida, pero no pretende auditar a los establecimientos.
Las repercusiones de cómo afectará el gravamen a los clientes de la comida rápida y a los empresarios de las tiendas de conveniencia se irán viendo en las próximas semanas.
“Apenas se aumentaron los precios el viernes pasado, así que no he notado ninguna diferencia en las ventas”, comenta otra empleada de un Oxxo.
Fuente: El Exprés