El desastre nuclear de Chernóbil en 1986 causó una devastadora ola de muerte y evacuación, dejando una zona deshabitada y peligrosa que aún afecta la vida hasta hoy. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido un fenómeno sorprendente: los animales y plantas de la región han logrado adaptarse y prosperar en las condiciones hostiles de la Zona de Exclusión (CEZ). Entre estos, destacan los perritos callejeros que han mutado para resistir la radiación, los metales pesados y la contaminación.
Un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Columbia se centró en los lomitos que viven en los alrededores de la CEZ. Tras analizar las muestras de sangre de 116 perritos, descubrieron que estos animales han desarrollado mutaciones genéticas únicas que les permiten sobrevivir en un ambiente altamente tóxico. Los expertos encontraron que 52 genes asociados con la exposición a la radiación y la contaminación se habían activado, otorgando a estos perros una especie de “superpoder”: inmunidad a los efectos dañinos de la radiación.
Este fenómeno sugiere que los perritos callejeros de Chernóbil han desarrollado una forma de adaptación genética que les permite prosperar en un entorno que sería fatal para otros animales y seres humanos. Los científicos creen que entender este proceso podría ser clave no solo para comprender cómo los animales sobreviven en áreas contaminadas, sino también para ayudar a proteger a las personas que viven cerca de sitios contaminados en todo el mundo.
A pesar de las duras condiciones, los perritos de Chernóbil continúan viviendo en la zona y se estima que hay alrededor de 900 en la CEZ. Este hallazgo resalta la capacidad sorprendente de la naturaleza para adaptarse y sobrevivir en medio de la tragedia humana, además de abrir nuevas líneas de investigación en genética y salud ambiental. El estudio fue publicado en la revista Canine Medicine and Genetics en marzo de 2023.