Síguenos para conocer más de esta inquietante historia, Todo comenzó cuando en la Corte se reveló información sobre la firma en la que El Chapo manejaba al temible Cártel de Sinaloa, pero sin dejar de lado sus lazos sentimentales con algunas mujeres, entre las que destaca Lucero Guadalupe Sánchez, alias la Chapodiputada.
En relación con la exdiputada se difundió el tipo de relación que la mujer tenía con El Chapo, basada en el amor y la cachondería; uno de los amores a los que el capo le mandaba cartas románticas. En el juicio se reveló que la exdiputada ayudaba a El Chapo a adquirir mariguana para el Cártel de Sinaloa, lo que manchó la imagen de la mujer.
Unos hechos que saltaron a la vista de todos en las cartas que mandó El Chapo a su ‘amorcito’ aparte de confesar algunas acciones criminales fueron las terribles faltas de ortografía con las que escribía el capo. Aquí te va un ejemplo de lo plasmado:
Con mucho gusto y con mucho amor te contesto tu carta deseando que al recibir mi carta te encuentres bien tu y toda la familia y nuestros hijos que son mis mejores deseos te cuento que me dio mucho gusto resibir tu carta amor y al leerla me puse muy felis al darme cuenta que nuestro hijo esta muy bien que alegria no dejes de cuidarte porque una afatigada te puede aser daño como aser fuerza o aser corajes por lo mismo no te comentare nada que no te paresca bien amor lo unico que quiero que me agas fabor es que cuando me escriban o cuando vengan me des la ficha de cuando estubistes en la clinica amor no creo que eso te desencomode” [sic].
Es un hecho que las cartas que escribía El Chapo estaban plagadas de toda clase de errores debido a que el capo no concluyó sus estudios en la escuela.
Recordemos que El Chapo abandonó la escuela antes de los quince años cuando ingresó de lleno como comerciante de naranjas y luego de mariguana en Culiacán, por lo que sus bases en el área de español no fueron bien cimentadas.
Lo cierto es que, a pesar de su escasa preparación, El Chapo fue uno de los más peligrosos en México y ahora en Estados Unidos se juega su destino en prisión.