El penal fallado por Javier “Chicharito” Hernández en el duelo de Vuelta de los Cuartos de Final ante Cruz Azul desató una fuerte ola de críticas entre la afición de Chivas, que cuestionó la decisión de asignarle la responsabilidad en un momento clave del partido.
Con el marcador global empatado y el pase a Semifinales en juego, el delantero mexicano erró desde los once pasos, lo que rápidamente abrió un intenso debate en redes sociales. La inconformidad no solo se centró en el fallo, sino en la elección del ejecutor, pues muchos aficionados señalaron que el historial del atacante no lo respaldaba para ser el tirador en una instancia decisiva.
Previo al encuentro, Hernández acumulaba 16 penales anotados y 15 fallados a lo largo de su carrera, una cifra que ya generaba dudas entre los seguidores rojiblancos. Tras el error ante Cruz Azul, su registro quedó en 16 aciertos y 16 fallos, una efectividad del 50% que los hinchas calificaron como insuficiente para un lanzador principal en una Liguilla.
Los aficionados recordaron que esta tendencia no es nueva: sus fallas se han dado en distintos torneos y equipos —incluyendo Bundesliga, MLS y Champions League—, lo que reforzó la postura de que el problema ha sido constante a lo largo de su trayectoria.
Las críticas también apuntaron a la toma de decisiones dentro del equipo, cuestionando por qué no se optó por un jugador con mejor efectividad reciente y sugiriendo que la jerarquía de Hernández pudo haber influido más que el análisis estadístico.
Pese a su estatus como ídolo y referente del Guadalajara, el penal fallado abrió una división entre la afición: mientras algunos defendieron su liderazgo, otros insistieron en que los números debieron pesar más que el nombre.
El episodio dejó en evidencia la necesidad de una estrategia más analítica en la elección de tiradores y convirtió un simple penal fallado en un tema de discusión profunda sobre la gestión deportiva del equipo.
