Miembros de la comunidad académica, administrativa y estudiantil de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades (FCSH) han expresado su inconformidad con la gestión de la directora, la doctora María Gabriela Torres Montes. Según señalan, la directora ha otorgado beneficios laborales a quienes, meses atrás, presentaron quejas sobre la situación dentro de la facultad.
Entre los principales señalados están María de los Ángeles Suchil, quien a pesar de las quejas de los alumnos por su frecuente ausencia, ha sido nombrada asistente de dirección. Otro de los beneficiados es Oscar Reyes, actual secretario académico, cuyo mérito principal fue redactar los escritos de los denunciantes. Sin embargo, al igual que otros beneficiados, no cumple con los requisitos establecidos, ya que tampoco es profesor de tiempo completo.
La secretaria escolar, Judith Elisa Corpus, también fue favorecida con un puesto a pesar de no contar con doctorado ni cumplir con la norma de ser profesora de tiempo completo. Además, se menciona a Alicia Sánchez, quien está en proceso de recategorización, lo que podría afectar a otras compañeras con mayor antigüedad.
Uno de los casos más preocupantes es el de Humberto Reyes, jefe de posgrado, quien enfrenta denuncias por parte de alumnas de la carrera de Geografía. Como coordinadora de esa carrera se ha propuesto a Erika Galarza, lo que genera incertidumbre en la comunidad académica.
La situación ha generado preocupación debido a que, según algunos miembros de la facultad, estas decisiones están contribuyendo al desorden en la facultad, afectando la calidad educativa. Tanto la abogada de la UASLP, Urenda Quelatzú Navarro, como el rector Alejandro Zermeño Guerra estarían al tanto de las irregularidades mencionadas.
Lo que resulta más alarmante, consideran algunos, es que algunas de las personas favorecidas ni siquiera cumplen con los requisitos establecidos por la normativa. Un ejemplo de ello es que, según las reglas de la facultad, la nueva secretaria escolar debería ser profesor de tiempo completo, lo cual no es su caso. En este contexto, se observa que las supuestas “víctimas” de la FCSH han sido recompensadas con mejoras laborales sin tener las credenciales necesarias.