El Consejo Rector del Pacto por México instaló la mesa para construir una cuarta generación de reformas electorales.
Los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD junto con el gobierno federal defendieron su legitimidad para iniciar la búsqueda de acuerdos, sin que ello signifique sustituir o hacer a un lado las funciones legislativas, advirtieron.
Horas después de que senadores de PAN y PRD presentaran su propia ruta para definir y dictaminar los puntos de la reforma electoral, los líderes del PRI, César Camacho, presidente en turno del Pacto; de AN, Gustavo Madero y del sol azteca, Jesús Zambrano, les pidieron sumarse a la construcción de acuerdos.
Justificaron, además, el inicio de los trabajos para la reforma electoral, desde el Pacto por México.
El panista lo hizo con un recordatorio de que el Consejo Nacional del PAN ratificó la permanencia en ese acuerdo, siempre que exista el compromiso del gobierno de asumir una conducta democrática y verificable, en tanto que el perredista insistió en que el Pacto “no riñe con el Congreso” ni mucho menos antagoniza.
“Obstruir al pacto sería obstaculizar los propósitos de amplios sectores de los mexicanos”, indicó por su parte Camacho Quiroz, para quien el pacto es “facilitador” de los poderes públicos, “no sustituye ni frena, por el contrario, agiliza y contribuye al debate”.
Pero fue el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el que, con el reconocimiento de que “distintos actores políticos han presentado propuestas de modificaciones jurídicas”, pidió a todos a integrarse.
Señaló como primera tarea arribar a un diagnóstico para definir alcances y límites de la reforma, aunque anticipó que “en la democracia cabe el disenso, las diferencias”, y también la construcción de acuerdos y de consensos.
Osorio Chong propuso identificar primero los ajustes que necesita el marco jurídico y las prácticas, los límites de los cambios y la factibilidad de las propuestas.
El funcionario hizo un breve recorrido por las tres reformas electorales del país y consideró que una cuarta etapa tendría tres ejes.
“Balance apropiado entre equidad y libertad”; mejorar las condiciones de competencia electoral, sin caer en una sobrerregulación que genere ineficiencia, y lograr mayor rendición de cuentas y transparencia de los partidos, de los organismos electorales y de los gobiernos.
En tanto, los líderes del PAN y el PRD centraron sus preocupaciones en los gobiernos de los estados.
Zambrano se pronunció por independizar las elecciones de cualquier poder “tanto de poderes locales como de poderes nacionales. Se requiere, a nuestro juicio, de un nuevo poder electoral nacional, de un cuarto poder”.
A su vez, Madero Muñoz identificó como “focos rojos de la transición democrática” la intervención de los gobiernos en elecciones, en los Congresos y en los órganos electorales estatales, injerencias que llamó a acotar.
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