Por Luis Lauro Ramos Rodríguez. @lauroramosr.
Enrique Galindo comienza su segundo trienio, no solamente como el primer alcalde capitalino en lograr una reelección, sino también como un prospecto natural para candidato a gobernador en el 2027. Una calidad obvia que le confirieron los votos de más de 170,000 potosinos en las últimas elecciones.
En este supuesto, dos de los partidos de la coalición que lo postuló el pasado 2 de junio el PRI y el PAN han entrado en una dinámica extraña y relativamente atípica para la política mexicana, en la que ahora son los partidos quienes desean convencer a una persona de que participe con ellos, y no una persona quien busca la venia de un partido.
Galindo es de historia y afiliación todavía priísta, pero en días recientes no ha sido ni cauto ni discreto en hacer saber que cada vez se identifica menos con este partido. Ante esto, han sido los liderazgos priístas quienes han querido convencer al público de que Galindo sigue siendo tricolor, aunque él no lo quiera pues aún no se presenta renuncia ni se inicia procedimiento para su expulsión, según dejó ver el secretario de acción José Luis Mejía. Incluso la presidenta del partido, Sara Rocha osó decir que la administración municipal le debía al PRI al menos cinco direcciones dentro de su equipo, ya que la candidatura reeleccionista de Galindo fue producto de una negociación que se cuadró desde las esferas nacionales de la coalición y que la tuvo a ella como artífice, junto con “su presidente” Alito Moreno.
No conozco los detalles, pero esa negociación tuvo que haber sido sumamente sencilla, Galindo siempre fue y a todas luces, la única opción viable para ser candidato a la presidencia municipal de San Luis. El competidor más cercano en la elección interna fue, en todo caso, Rubén Guajardo, diputado panista. El PRI, en esa supuesta negociación, simplemente tuvo poco que ofrecer. Tanto así, que las cinco direcciones que Sara reclamaba como derecho hasta ahora no se han dejado ver en el equipo del alcalde. Por el contrario, se hicieron nombramientos que seguramente no agradaron a la originaria de Catorce, principalmente el caso del exdiputado Edmundo Torrescano, a quien, con una bajeza moral que solo en estos tiempos podríamos imaginar, Sara Rocha, Frinné Azuara y Alejandro Moreno hicieron a un lado cuando, de manera legítima, este quiso aspirar a la dirigencia local del partido. Torrescano se desempeña ahora como titular de la nada despreciable Secretaría del Bienestar Municipal.
Por otro lado, quienes han optado por la amabilidad en el afán de tener un candidato competente para la gubernatura de SLP han sido los miembros del partido Acción Nacional, particularmente su presidenta estatal, Verónica Rodríguez, quien ha sido entusiasta e incluso calificó de “maravillosa” la posibilidad de que EGC sea el candidato del PAN en 2027, representando para el partido una oportunidad viable de obtener su segundo gobernador potosino en su historia, después de Marcelo de los Santos, quien también ha opinado positivamente sobre esta posibilidad. El PAN, además de los cinco regidores que le corresponden, tendrá nombres de extracción panista como Ángeles Rodríguez y Jaime Waldo Luna en cargos importantes, como la Dirección de Catastro y la Delegación de Bocas, respectivamente.
Esta dinámica de policía bueno-policía malo será por ver quién convence a Galindo de confesar su preferencia, será interesante en el futuro; no obstante, primero deberá concentrarse el alcalde en hacer un buen gobierno y no distraerse de su actividad como mandatario con el fin de potenciar su inminente candidatura. Ya tiene su primer reto fundamental en materia de seguridad pública, la cual se ha visto sumamente vulnerable a través de asaltos, robos y asesinatos en el poniente de la ciudad.
LOS POLLOS
La otra cara de la moneda, al menos hasta ahora, mientras Morena va encontrando cuadratura a su círculo de opciones huastecas, se había comentado que, para saber qué tan efectivas serán las intentonas de Ricardo Gallardo para posicionar a su esposa o padre como posibles sucesores en la gubernatura del estado, era preciso esperar cómo sería la dinámica entre el gobernador y la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum.
La propuesta de legislar en contra del nepotismo, en virtud de prevenir que se heredara el poder político en los estados, que la presidenta mencionó como parte de su discurso ofrecido hace una semana en el Zócalo capitalino, por lo menos una cosa sí demuestra: a Claudia Sheinbaum no le interesa en lo más mínimo la continuidad de la gallardía en SLP. Con esto no digo que el propósito de esta promesa sea enviar un mensaje negativo a las intenciones de los Gallardo, pero deja en claro que los deseos caciquiles de nuestro ejecutivo local no llegan ni a tocar la puerta del despacho grande de Palacio Nacional.
AL MARGEN
- Aunque ya fue ratificada como cabecilla del DIF municipal, será cuestión de tiempo para que Estela Arriaga tome protesta como senadora en el Congreso de la Unión. Digo yo, pues el haber aparecido hasta en espectaculares durante la campaña, a pesar de no ser la titular de la candidatura, debe haber sido producto de una buena negociación con Verónica Rodríguez.
- Los despidos recientes en el PRI local, que supondrán un ahorro en los gastos del partido, probablemente deberían invertirse en un asesor de imagen para Sara Rocha… o, por lo menos, en un espejo.
- El inicio de Villa de Pozos como municipio ha sido, en el mejor de los casos, un desmadre. No tienen ni personal administrativo ni servicios garantizados, a pesar de los convenios que existen. La única “ventaja” que han visto los habitantes de esta localidad ha sido una fiesta con dinero cuyo origen nomás no ha quedado claro…
Hasta el próximo martes.