Por Mario Candia
18/03/25
NEGLIGENCIA La administración de la Cuarta Transformación en México ha enfrentado múltiples tragedias que han puesto en tela de juicio la eficacia y transparencia de sus políticas de seguridad. Eventos como la explosión en Tlahuelilpan, la tragedia de la Línea 12 del metro, el incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez y el hallazgo de restos humanos en Teuchitlán son solo algunos ejemplos que evidencian una preocupante tendencia hacia la negligencia y la falta de responsabilidad gubernamental.
TLAGUELILPAN El 18 de enero de 2019, la explosión de un ducto en Tlahuelilpan, Hidalgo, cobró la vida de 137 personas, marcando uno de los desastres más devastadores relacionados con el robo de combustible en el país. A pesar de la magnitud de la tragedia, el huachicoleo no ha sido erradicado en la región, lo que refleja la ineficacia de las medidas implementadas para combatir este delito.
LINEA 12 La tragedia de la Línea 12 del metro en la Ciudad de México, que resultó en la muerte de 26 personas y dejó a más de 100 heridas, puso de manifiesto la falta de mantenimiento y supervisión en las infraestructuras públicas. A pesar de las promesas de justicia y reparación, las respuestas gubernamentales han sido insuficientes, evidenciando una preocupante opacidad en la gestión de la crisis.
ESTACION MIGRATORIA El reciente incendio en la estación migratoria de Ciudad Juárez, donde murieron 39 migrantes, es otro ejemplo de la negligencia institucional. Las condiciones inadecuadas y la falta de protocolos de seguridad adecuados en las instalaciones migratorias reflejan una deshumanización de las políticas hacia los migrantes y una falta de responsabilidad por parte de las autoridades.
TEUCHITLAN El descubrimiento de restos humanos en el Rancho Izaguirre, cerca de Teuchitlán, Jalisco, evidencia la gravedad de la crisis de desapariciones en México. A pesar de los esfuerzos de colectivos de búsqueda, la falta de coordinación y acción efectiva por parte de las autoridades ha perpetuado el sufrimiento de miles de familias que buscan a sus seres queridos.
DESAPARECID@S Ante esta crisis, la presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado reformas para unificar los registros de identificación y forenses sobre personas desaparecidas. Esta iniciativa podría representar un avance en la atención de la problemática, pero también plantea una interrogante clave: ¿se trata de un esfuerzo genuino para enfrentar la crisis de desapariciones o es una estrategia para concentrar y manipular los datos, minimizando la dimensión real del problema? En un país donde la transparencia y la rendición de cuentas han sido puntos débiles, la posibilidad de que esta centralización derive en una manipulación de cifras no es descabellada.
LUCRARON Estas tragedias contrastan con la postura inicial del movimiento de la Cuarta Transformación, que enarboló banderas de justicia en casos como el de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y los niños de la Guardería ABC. La incongruencia entre el discurso y la acción es evidente, ya que, al enfrentar situaciones similares, el gobierno actual ha optado por minimizar su responsabilidad, calificándolas como accidentes inevitables en lugar de reconocer las fallas estructurales y administrativas que las propiciaron.
HONRAR LA MEMORIA Es imperativo que la administración actual asuma una postura autocrítica, reconozca sus errores y trabaje en la implementación de políticas públicas efectivas que garanticen la seguridad y el bienestar de la población. La transparencia, la rendición de cuentas y el compromiso genuino con los derechos humanos deben ser pilares fundamentales para evitar que estas tragedias se repitan y para honrar la memoria de las víctimas que han perdido la vida debido a la negligencia y la incompetencia gubernamental.
Hasta mañana.