POPOL VUH 135

DESTACADOS, OPINIÓN, POPOL VUH

Por Mario Candia
23/05/25

LA JUSTICIA La justicia ya no llega en toga, sino en turba. Hace apenas unos días, Misael, un joven en Puebla, fue brutalmente agredido por padre e hijo, ambos adultos, en una escena que, gracias a la viralización en redes, desató una furia colectiva. Lo que siguió fue un acto de barbarie: una multitud fue hasta la casa de los agresores, la saqueó, la destrozó, e intentó lincharlos. Lo que debía ser un clamor legítimo por justicia se convirtió en espectáculo de venganza, transmitido en tiempo real con celulares en alto, como si el odio justificara el saqueo.

LINCHAMIENTOS El episodio remite a otros capítulos oscuros del México del siglo XXI, donde la masa sustituye al Estado. En Tláhuac, en 2004, tres agentes de la PFP fueron quemados vivos por una muchedumbre que los acusó falsamente de ser secuestradores. En 2019, en Puebla también, dos hombres fueron linchados por cargar equipo de topografía: los acusaron de intentar robar niños. Y más recientemente, en Tijuana, un ciudadano polaco fue asesinado a golpes tras rumores de abuso sexual. Ninguna prueba, ningún proceso, ningún derecho. Solo la furia, la sospecha y la sentencia inmediata: muerte.

CANOA Esta espiral no es nueva. Felipe Cazals lo retrató con escalofriante precisión en Canoa (1976), donde una comunidad azuzada por el cura del pueblo asesina a unos jóvenes universitarios, acusándolos de comunistas. El México bronco que entonces era metáfora política, hoy se ha vuelto método popular de castigo.

LAS BENDITAS REDES El problema no son solo las redes sociales, sino el nuevo pacto que estas plataformas generan: el anonimato para el que convoca, la impunidad para el que incita y la falsa certeza para el que actúa. Porque si el video circula, si el “todos lo vimos” se impone, entonces el linchamiento se vuelve justicia legítima. Y cuando el Estado no actúa, la violencia encuentra justificación. ¿De qué sirve denunciar si la policía llega tarde, si el ministerio público no actúa, si el juez libera y el agresor reincide?

LA CARNITA ASADA Pero cuidado: no toda movilización es linchamiento. Mientras algunos convocan al odio, otros lo hacen a la indignación organizada. Ahí está la “Carnita Asada” convocada en Baja California como protesta lúdica pero crítica contra la gobernadora Marina del Pilar. Esa expresión sí es política, sí es disidencia, sí es libertad. Lo otro es barbarie.

LA RABIA El riesgo mayor no es solo que la violencia sustituya a la ley, sino que empiece a parecer deseable. Que tomarse la justicia por mano propia no solo sea visto como comprensible, sino como heroico. Que el Estado se retire no por omisión, sino por incapacidad sistemática, y que deje un vacío lleno de rabia, desinformación y sangre.

BASTA ¿Qué país estamos construyendo cuando los fiscales no acusan, los jueces no condenan y los ciudadanos, cansados de esperar justicia, deciden ejercerla a palos y piedras? ¿Cuántas víctimas más, cuántas casas quemadas, cuántos inocentes linchados por un rumor bastarán para que alguien, al menos uno, diga basta?

Ich.- El hallazgo de decenas de animales, perros, gatos, aves y pequeños mamíferos, hacinados entre heces, jaulas oxidadas y condiciones infrahumanas no solo revela una atrocidad cotidiana, sino también una oportunidad de ruptura. Esta vez, la denuncia ciudadana no cayó en saco roto: el Ayuntamiento capitalino reaccionó con un operativo que rescató a los animales y los trasladó a refugios especializados. No es común que la maquinaria institucional se mueva con tal rapidez, y por eso vale reconocerlo. Pero también vale decirlo: que un acto de humanidad se vuelva noticia habla más de lo excepcional que de lo estructural. ¿Cuántos otros infiernos invisibles esperan aún ser descubiertos?

Hasta el lunes

Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp