POPOL VUH 195 

Por Mario Candia

15/08/25

LOGROS El INEGI nos trae la buena nueva: en dos años, la pobreza multidimensional pasó de 36.3 % a 29.6 %. Ocho millones de mexicanos ya no aparecen en las listas del infortunio. Y aunque la CONEVAL ya no esté para ponerle sellos de validación o de advertencia, tampoco hubiera salido a contradecirlos: la metodología sigue siendo la misma, y la tendencia parecía clara. La diferencia está en lo que se hace con ese dato: aquí no se lee, se proclama.

LA HAZAÑA La Presidenta, en la mañanera, se autocongratuló del milagro. Dijo que la reducción de la pobreza es “una hazaña de la Cuarta Transformación” y que ahora se garantiza la distribución de la riqueza y con ello se abatía la desigualdad en el país. El discurso, impecable para el aplauso. La realidad, menos complaciente: en nuestro México lo único que ya es igual en todo el país es la incertidumbre por la inseguridad en cada rincón del territorio nacional; un nuevo sistema educativo que, sin evaluación magisterial, ha mediocrizado la enseñanza pública; y un sistema de salud paupérrimo, sin medicamentos y sin equipamiento.

LOS OTROS DATOS Un gobierno serio y eficiente leería estos datos como punto de partida, no como meta cumplida. Porque salir de la pobreza no debería significar solo ganar unos pesos más, sino contar con un servicio de salud que funcione, con una escuela que prepare para competir y con la certeza de que tu patrimonio y tu vida no están a merced de un extorsionador o de un diagnóstico tardío. Pero aquí se confunde la reducción estadística con progreso estructural, y se reparte la medalla antes de siquiera terminar la carrera.

INCERTIDUMBRE Claro: el salario mínimo subió, las pensiones llegaron y las remesas marcaron récord. Y también hay que decir que la economía digital abrió nuevas puertas para emprender solo con un teléfono. La otra cara de la moneda, sin embargo, es que muchos de los que “salieron” lo hicieron con incertidumbre: sin seguridad social, sin salud real, sin una formación educativa que compita en el mundo, y con la sombra del crimen organizado lista para convertir en cenizas cualquier aspiración.

RECICLABLES Peor aún: más de 41 millones de personas ya no están en pobreza por ingresos, pero carecen de derechos básicos —educación, salud, vivienda— y viven en riesgo latente de regresar al punto de partida por enfermedad, violencia o extorsión. Pobres “reciclables”: hoy salen, mañana regresan.

LOS NIVELES La estadística a la baja sugiere avance, pero el gobierno celebra el dato como un trofeo. Un país que canta victoria por la pobreza que elige bajar, sin garantizar derechos, está construyendo un espejismo. Las cifras pueden ser ciertas, pero lo que no es real es el bienestar transformado. Al final, todo es cuestión de perspectiva: como el vaso medio lleno o medio vacío, según la óptica. Para unos, los indicadores de pobreza bajaron; para otros, lo que realmente bajó fue el nivel de la clase media.

Hasta el lunes.

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