Por Mario Candia
18/08/25
SOBERANÍA “En México manda el pueblo”, dijo la presidenta en un video solemne, como quien dicta una verdad revelada. Pero ¿qué pueblo? Porque el que hoy manda es el de Morena y sus 30 millones de votos, cifra que suena abrumadora en la propaganda oficial, pero que palidece frente a los casi 130 millones de habitantes de este país. Hay, pues, 100 millones de voces que cuestionan, debaten o simplemente no se pliegan a las decisiones del poder. Y si de soberanía hablamos, convendría empezar por reconocer que el pueblo somos todos, no solo los que votaron de un lado.
PARADOJA La paradoja es brutal: mientras se repite hasta el cansancio que nadie dicta órdenes a México, son los Estados Unidos quienes han marcado la pauta en los últimos meses. Ellos capturaron a Ismael “El Mayo” Zambada en su propio territorio, y ellos han congelado cuentas, bloqueado transferencias y exhibido a artistas, empresarios y promotores vinculados al lavado. El Departamento del Tesoro sancionó a tres financieras mexicanas —CIBanco, Intercam y Vector—, acusándolas de lavar dinero ligado al fentanilo. La Unidad de Inteligencia Financiera mexicana, en cambio, ni siquiera había abierto línea de investigación.
WASHINGTON A eso se suman las listas negras que alcanzaron a músicos como “El Makabelico” y a operadores turísticos en Puerto Vallarta, señalados como engranes del Cártel Jalisco Nueva Generación. Otra vez, fue Washington quien cortó el flujo del dinero; acá solo se reaccionó con comunicados tibios y desmentidos.
SILENCIO La misma historia se repite en PEMEX, ese pozo sin fondo de corrupción. El 14 de agosto, Carlos Treviño Medina, exdirector de la petrolera, fue detenido en Estados Unidos por cargos de soborno vinculados al caso Odebrecht y al complejo Etileno XXI. La cloaca se destapó allá, mientras aquí se sigue administrando el silencio.
ARANCELES Y si algo mueve de verdad al gobierno mexicano no es la indignación moral, sino el miedo al bolsillo. Las amenazas arancelarias de la Casa Blanca empujaron a México a emprender redadas contra el huachicoleo y el fentanilo. No fue iniciativa propia: fue obediencia forzada bajo la amenaza de que el comercio se encareciera hasta un 30%.
PREGUNTA INCOMODA Soberanía, dice la presidenta en su video. Pero lo cierto es que quien ajusta las cuentas, dicta las capturas y aprieta las tuercas está al norte del río Bravo. La pregunta incómoda es inevitable: ¿de verdad en México manda el pueblo… o manda Washington?
Hasta mañana.