Por Mario Candia
2/09/25
INFORME Desde Palacio, la Presidenta dibujó un país con trazos luminosos: hospitales con noventa por ciento de abasto, homicidios en retirada, libertad de prensa intacta, una refinería que ya funciona a toda máquina y hasta una presa en San Luis Potosí que —según dijo— ya comenzó a construirse. Las cámaras tomaron la sonrisa, los aplausos llenaron el aire, el mensaje buscó instalar la idea de que vivimos en un país que al fin endereza el rumbo. Pero apenas se apagan las luces, las grietas aparecen por todas partes.
SALUD Porque el abasto en un noventa por ciento es una cifra que suena perfecta en un discurso, pero que no se traduce en los hospitales donde aún faltan medicamentos básicos. No hay paciente que pueda atenderse con un porcentaje, ni familia que encuentre alivio en un indicador. La enfermedad no entiende de estadísticas: duele o no duele, mata o no mata. Y mientras haya niños sin quimioterapia o enfermos crónicos buscando medicinas en farmacias desabastecidas, ese noventa por ciento no es un logro, es un insulto envuelto para regalo.
SEGURIDAD Se habló también de seguridad: de homicidios y feminicidios a la baja, de un país donde la violencia retrocede como si los sicarios obedecieran al calendario del gobierno. Pero en los cerros y las brechas siguen apareciendo fosas, y las madres buscadoras siguen con palas y con miedo, hurgando la tierra que el Estado no quiere mirar. Son ellas las grandes ausentes del informe: las que no llegaron, las que no fueron invitadas, las que no aparecen en las gráficas. Porque las cifras oficiales pueden borrar muertos, pero no devuelven a los desaparecidos.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN La libertad de expresión, dijeron, vive su mejor momento. Ni censura ni mordazas, aseguran, como si repetirlo con suficiente convicción hiciera olvidar a los periodistas amenazados, a los reporteros acosados judicialmente, a los medios estrangulados por la publicidad oficial que premia la docilidad y castiga la crítica. La mordaza moderna no siempre necesita leyes: basta con la asfixia económica o el hostigamiento legal para domesticar a la prensa incómoda.
ENERGÍA Y luego está Dos Bocas, la joya energética que en el informe ya produce a toda capacidad, aunque en la realidad avance a medias, con cifras de procesamiento que nunca alcanzan lo prometido. Se presume como símbolo de soberanía, pero no ha llenado un solo tanque en las estaciones del país. Es la metáfora perfecta del sexenio: una obra monumental que existe sobre todo en el discurso.
PRESA LAS ESCOBAS Finalmente, la presa Las Escobas: mencionada como si las retroexcavadoras trabajaran día y noche, cuando no hay proyecto ejecutivo, ni permisos, ni una sola gota de agua contenida. Prometer obras inexistentes es fácil; lo difícil es cumplirlas.
ESPEJO Este informe fue un espejo donde el poder se mira perfecto, pero que no refleja la realidad del país. Porque afuera, más allá de la burbuja de Palacio y las cifras, siguen los hospitales vacíos, las madres buscando a sus hijos, los periodistas contando agresiones, las refinerías a medio gas y las promesas sin cumplir. La verdadera pregunta no es si el país avanza, sino cuánta ficción puede soportar antes de que el espejo termine por romperse.
Hasta mañana.