Por Mario Candia
15/09/25
CASUALIDAD En política, nada es casualidad. Menos aún cuando del otro lado de la frontera Estados Unidos aprieta las tuercas y etiqueta al Cártel Jalisco Nueva Generación como organización terrorista. Washington ya no juega a la retórica: congela cuentas, bloquea transferencias y pone la lupa en los circuitos de dinero sucio que pasan por bancos y casas de bolsa mexicanas. Ahí está el caso de Vector, Intercam y CIBanco, sancionados por la red de lavado que alimenta al crimen organizado. La ofensiva no es menor: el fentanilo y el huachicol son ya asuntos de seguridad nacional para la Casa Blanca.
LA DETENCIÓN Y sin embargo, mientras la DEA y el Tesoro señalan al CJNG y a sus operadores, en México la narrativa oficial parece ir en otra dirección. La detención en Paraguay de Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad en Tabasco, se presentó como un golpe quirúrgico contra “La Barredora”, un grupo criminal casi folklórico, regional, que en realidad no es sino una célula subordinada al propio CJNG. La paradoja es clara: Estados Unidos apunta al corazón de la organización, mientras aquí se insiste en la periferia. ¿Por qué?
DESECHABLE La primera respuesta posible es inquietante: se busca distraer. Si el caso se plantea como un asunto de “La Barredora”, entonces la jurisdicción internacional se diluye, las sanciones extranjeras no aplican y todo queda en manos de la Fiscalía General de la República. La etiqueta importa: CJNG implica cooperación binacional, inteligencia financiera y presión diplomática; “La Barredora” es un expediente local, manejable y, llegado el caso, desechable.
TRÁFICO DE INFLUENCIAS ¿Y qué se protege al hacer esto? El verdadero nudo de la sospecha: que el huachicoleo, esa vena abierta de Pemex, no solo es negocio de los cárteles, sino también de una red de complicidades políticas en Tabasco. Justo ahí donde se forjó la carrera de Adán Augusto y donde los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador han tejido sus alianzas empresariales y políticas. No existen, es cierto, investigaciones oficiales que los acusen de manera directa. Pero la coincidencia geográfica, la cercanía política y los antecedentes de corrupción en contratos y concesiones abren la puerta a la duda legítima: ¿se construye un relato alternativo para evitar que la lupa estadounidense termine por incomodar al círculo familiar del lopezobradorismo?
BLINDAJE El blindaje no está en los tribunales, está en la narrativa. Al exagerar el papel de una célula menor, se minimiza el alcance de las pesquisas internacionales. Al reducir el caso a un expediente regional, se evita que las redes de lavado, huachicol y tráfico de influencias se ventilen en otro foro. Lo que queda entonces es un doble discurso: Estados Unidos investiga al monstruo; México presenta a la marioneta.
EL HILO Y mientras tanto, la pregunta persiste: ¿hasta dónde llega el hilo del combustible robado? Porque si seguimos la manguera, quizá no conduzca solo a las tomas clandestinas en Tabasco, sino a las oficinas donde se decide cómo administrar el poder y la herencia política de la Cuarta Transformación.
Hasta mañana.