A LO QUE TE TRUJE / Por Chencha.
Vale la pena que se aterricen con seriedad las consideraciones de un nuevo evento en la capital potosina que tuvo como protagonista la violencia y la intolerancia.
El Saucito al norte de la ciudad es más que un barrio, es el frente de un fuerte donde la gente es brava, vive con dificultades, convive con los muertos de muchas generaciones y ha vivido en un olvido de doble fondo: el de las autoridades, y el de la oligarqúia que condenó desde hace muchos años a esta zona a ser un traspatio invisible para sus ambiciosas proyecciones de desarrollo.
Hay obras necesarias, el nudo de tráfico vial que sucede justamente en la via más importante de la zona, Fray Diego de la Magdalena, que entre la Súper Delegación de la 4T, el resucitado Parque Tangamanga 2 y el viejo cementerio es el corredor esencial de la zona norte de la ciudad, un espacio que está rebasado desde hace años y que supone una pesadilla para los que transitan en esta zona.
El paso a desnivel que se ha proyectado desde la administración municipal 2015-2018 que encabezó Ricardo Gallardo Juárez se ha atorado, atascado como el flujo vehicular que mucha gente sufre en su trajín cotidiano.
Un grupo que se asume como nativo de la zona y que esgrime argumentos innamovibles logró parar el trabajo de construcción y lo hizo mediante un proceso legal, hasta hace horas cuando un tribunal federal dio luz verde finalmente a la obra.
De noche y con fuerzas municipales como amenazantes testigos, la construcción se reanudó pero el contingente de opositores les puso cara y se vino un enfrentamiento innecesario, desafortunado y violento de los dos lados.
La rebelión de este grupo rudo y organizado se tornó aún más fuerte, arguyendo que además de una controvertida afectación cultural (atravesando como pretexto el famoso templo del Señor de Burgos, la famosa “Iglesia” del Saucito), inclusive Froylán Lárraga abogado de los opositores a la obra, mencionó que habría daños ecológicos que afectarían los cimientos del edificio de culto y que los árboles planteados en parte de la obra generarían otras afectaciones al entorno (¿?).
El escenario por momentos fue de una cruenta guerra, tarimas incendiadas, agresiones contundentes de forma física y verbal, los videos difundidos en redes sociales consignan un toma y daca completamente intolerable de ambas partes.
En una última cobertura a la que tuvimos acceso esta mañana de 13 de julio, el reclamo de los representantes del grupo opositor iba en la ruta de impedir que quitaran las barricadas que habían puesto en su peculiar defensa. Abrieron otra vez la exigencia de que un representante del municipio Galindista acuda a negociar, pero su postura no cede. El entuerto es complejo y aunque niegan tener vinculaciones al comercio informal que circunda la zona y lejanía a afrentas políticas, hay un tufo a descomposición que no se puede pasar de largo.
¡BOFO CUATROTEÍSTAS PALADINES DE LA INGENUIDAD FORZADA! Nadie les cree que hay fallas aisladas en su sistema de cobro de apoyos en los programas sociales, las saturaciones y omisiones de un procedimiento caprichoso y que ya da muchos signos de cansancio y cuya caducidad se acerca es un filoso espejo de lo que está sucediendo con esta forma de gobernar. Gabino, Leonel y sus efebos de la nación tienen muchas más expliaciones que dar aún, en su manejo de recursos y prácticas.
