Por Luis Lauro Ramos Rodríguez. @lauroramosr.
Todos los pronósticos que se planteen de cara a las elecciones de 2027 son, en buena parte, especulativos. Aún falta mucho tiempo, y muchas son las cosas que pueden pasar y modificar por completo el panorama.
No obstante, sí hay ciertos factores clave que pueden ir dando indicios de cómo será el ambiente político de nuestro estado a medida que se va acercando esta fecha.
Uno de estos factores, que se ha manifestado recientemente y pone en jaque las aspiraciones de quienes se ven con potencial de convertirse en gobernadora o gobernador del estado, es la idea, nada exagerada, de que Ricardo Gallardo Cardona es un personaje incómodo para el morenismo.
Ya se ha hablado mucho de los actos más recientes, como la reforma antinepotismo, los desplantes en eventos públicos que altos funcionarios federales han hecho a nuestro mandatario, o los discursos nada discretos que sugieren que Morena y el Verde en San Luis Potosí se llevan mejor de lejos que de cerca.
Estos hechos, que plantean un escenario sumamente incierto para los planes de Gallardo en sus últimos tres años de gobierno, son única y exclusivamente su culpa.
En política, la lealtad cuenta mucho. Y si hay algo capaz de seducir a una persona en el poder, es el conocimiento de que todos aquellos, más o menos influyentes, que puedan quedar por debajo de él entienden y respetan las jerarquías, y más aún, que están dispuestos a apoyarlo en la persecución de sus objetivos.
Es justo en este aspecto donde Ricardo Gallardo ha sido malagradecido y desleal, pues poco le importó su discurso de apoyo al obradorismo cuando, en las pasadas elecciones de 2024, fabricó una operación que únicamente lo beneficiaba a él y a sus intereses, dejando a Morena con poco y nada de lo que buscaba obtener de la elección. Y es que, por más votos que el Verde haya sumado a Claudia Sheinbaum, estos no eran exactamente necesarios para su triunfo presidencial. Por su parte, lo que sí necesitaban era un puesto más en la Cámara de Senadores, mismo que no se pudo obtener porque todos los esfuerzos se concentraron en favorecer a su esposa, Ruth González, y a su compañero de fórmula, el históricamente servil Gilberto Hernández Villafuerte. A esto se suma, como agravante, que la persona a la que frustró en sus aspiraciones legislativas se llama Rita Ozalia Rodríguez, y es hermana de la segunda funcionaria pública más poderosa de este país.
El señor Pollo, solamente ignoró el hecho de que es gobernador de un estado, y no presidente de la república, sino que también parece que nunca cayó en cuenta de que los intereses que trastocó son los del proyecto político que más poder ostenta a nivel nacional en, por lo menos, las últimas tres décadas.
Pero, ¿por qué hablar de deslealtad y no solamente de una simple marrullería?
Debemos recordar que Ricardo Gallardo llegó al poder por el Verde, pero gracias a Morena. Fue su, seguramente bien pagado, amigo Mario Delgado quien designó la candidatura de aquel entonces en SLP a necesariamente una mujer, para cumplir con las cuotas de paridad de género, cuando todos los perfiles guindas competitivos que existían en aquel entonces en nuestro estado eran hombres. No obstante, la candidatura no se le dio a una mujer con méritos dentro del partido; por el contrario, se le dio a la doctora Mónica Rangel, quien venía siendo una de las funcionarias públicas más repudiadas, gracias a su paso lleno de corruptelas en la Secretaría de Salud, y que, electoralmente, era un perfil muy débil.
Esto quiere decir, simplemente, que a Gallardo le dejaron el camino libre para hacerse con la gubernatura del estado en 2021, y este, fiel a su estilo, mordió la mano que le dio de comer.
LO QUE VIENE
Teniendo esto en mente, y mencionando que hay cosas que por espacio decidí dejar de lado para comentar a detalle en próximas semanas, el desafío más grande de Morena será construir un proyecto sólido para 2027, pues su fuerza en el estado es poca comparada con la que gozan en el resto del país.
Morena, antes de empezar a perfilar individuos como prospectos a la gubernatura, tiene que solidificar sus bases y hacer crecer su militancia, pues la enorme estructura que permitieron que RGC creara no será fácil de derrotar.
En días pasados, Luisa María Alcalde, Carolina Rangel y Andrés Manuel López Beltrán, en calidad de presidenta, secretaria general y secretario de organización de Morena, respectivamente, estuvieron en San Luis Potosí y dieron los primeros pasos para acercarse a este objetivo, y aprovecharon para distanciarse del Verde, pues cuando hablaban del 2027 no lo hacían en un tono de continuidad, sino de cambio, reconociendo la separación de intereses que tienen con el proyecto que hoy nos gobierna. Ya veremos qué tan fieles logran ser con la práctica a su discurso.
Lo cierto es que ya empezaron a moverse, por lo que tampoco debería sorprenderle a nadie si llegan a tomar otro tipo de acción un poco más del estilo coercitivo para apoyarse en su persecución del poder estatal, de aquí a tres años.
Pendientes, quedamos.
Hasta el próximo martes