Tras la compra de Twitter por Elon Musk, muchos usuarios insatisfechos comenzaron a explorar alternativas. En las últimas semanas, la migración hacia Bluesky ha ganado impulso, especialmente luego de las elecciones presidenciales de EE. UU. donde Musk fue acusado de manipular los algoritmos de X (anteriormente Twitter). Los usuarios encontraron en Bluesky una plataforma más abierta y atractiva, lo que ha provocado que su base de usuarios crezca rápidamente, superando los 20 millones.
Bluesky ofrece una experiencia similar a la de los primeros días de Twitter, permitiendo a los usuarios compartir ideas y conectarse de manera segura con amigos y colegas. La plataforma utiliza funciones conocidas, como los hashtags y las menciones con @, lo que facilita su uso para quienes están acostumbrados a X.
Lo que realmente distingue a Bluesky es su enfoque más democrático sobre la curación de contenido. Los usuarios pueden personalizar múltiples feeds según sus intereses, lo que evita el sistema unidireccional de los algoritmos y permite una experiencia más controlada. Además, la opción de crear “paquetes de inicio”, listas de cuentas recomendadas por temas o ubicación, ayuda a los nuevos usuarios a encontrar contenido relevante sin depender de un algoritmo centralizado.
Otra característica atractiva de Bluesky es su potente sistema de moderación, que permite a los usuarios personalizar las palabras clave que desean silenciar y decidir quién puede interactuar con ellos. Esto da más control sobre la experiencia, permitiendo evitar discursos de odio o acoso, aunque algunos críticos alertan sobre el riesgo de crear “cámaras de resonancia”, donde solo se comparten opiniones similares.
Bluesky, que comenzó como un proyecto dentro de Twitter en 2019 bajo la dirección de Jack Dorsey, utiliza un protocolo descentralizado llamado ATP, a diferencia de otros servicios como Mastodon que usan ActivityPub. Esto ha generado debates sobre la verdadera descentralización de la plataforma, ya que algunas conexiones entre plataformas podrían ser limitadas. Sin embargo, Bluesky sigue apostando por la independencia y la interoperabilidad, permitiendo a los usuarios alojar sus cuentas en servidores propios, lo que asegura que la plataforma y su contenido puedan sobrevivir incluso si la empresa desaparece.
Con un crecimiento constante, Bluesky podría enfrentar más escrutinio si supera los 45 millones de usuarios mensuales en la UE, lo que la convertiría en una “plataforma en línea muy grande”. Aunque es poco probable que Bluesky reemplace a Twitter por completo, su enfoque descentralizado y su espacio para la libre expresión podrían ofrecer una alternativa saludable en el mundo de las redes sociales.