Porno en órbita y otros intentos para llevar el sexo al espacio

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Hace 36 años, el filme Alien: el octavo pasajero usaba como gancho el siguiente eslogan: “En el espacio nadie puede oírte gritar”. Hoy, esta frase podría leerse un poco distinta. Todo gracias a un grupo de personas que planean grabar una película porno en el espacio.

La frase de la película de Ridley Scott, sencilla y hasta cierto punto cierta, se basaba en la idea de que el sonido no podía viajar sin aire. Sin embargo, independientemente de que unas décadas después se descubriera que el sonido sí puede viajar en el vacío, la creencia sigue persistiendo hasta nuestros días gracias a películas como la ya citada e incluso canciones como “Space Oddity” de David Bowie. No obstante, ahora el entretenimiento para adultos podría encargarse de cambiar esta concepción tan arraigada.

El sitio de videos para adultos PornHub publicó esta semana su plan para filmar la primera película porno en el espacio en la historia, cuyo rodaje iniciaría a partir del año próximo. Sin embargo, como ir al espacio no se trata de sólo hacer maletas, la compañía primero tiene que reunir fondos para poder financiar el viaje y la filmación, por lo que recurrieron al sitio en línea de financiación en masa Indiegogo para poder reunir la cantidad de 3.4 millones de dólares (poco más de 52 millones 300 mil pesos mexicanos), dio a conocer el sitio Mashable.

PornHub se ha aliado con uno de los principales estudios para adultos Digital Playground para “unirse a las filas de [Neil] Armstrong y [Yuri] Gagarin”, al ser pioneros en una misión que, además de desafiar la gravedad, haga historia al “empujar los límites de la ‘Sexploración’ intergaláctica” con el rodaje de un video sexual en el espacio, el cual sería el primero en su tipo, escribe la productora en el sitio del proyecto, en la página decrowdfunding.

“Estamos muy contentos de cambiar la industria para adultos a como actualmente conocemos, al aventurarnos en la frontera sexual final”, dijo Corey Price, vicepresidente de Pornhub.

Los elegidos para tal misión son la joven actriz Eva Lovia y el afamado Johnny Sins, quienes viajarían al espacio, junto con el equipo de producción luego de que reciban seis meses de riguroso entrenamiento. Una vez capacitados y certificados, viajarán a bordo de un transbordador espacial comercial, aunque el sitio de financiación no explica los detalles del vuelo.

GUIÑOS Y PIONEROS
Ya antes, otra compañía de películas para adultos grabó una película: The Uranus Experiment, protagonizada por los actores Sylvia Saint y Nick Lang; pero fue grabada en un avión haciendo vuelo parabólico para simular la microgravedad. Ésta es una de las pocas películas porno en ser nominada para un Premio Nebula (uno de los premios más importantes de ciencia ficción) y también el primer filme para adultos en ser grabado en gravedad cero, según Space.com.

Por supuesto, en este caso, las limitantes permitieron que en esta película de 1999 sólo hubiera una toma de 20 segundos en microgravedad. Sin embargo, el espacio y el sexo no han sido temas exclusivos de la industria pornográfica. De hecho, la cultura pop ha fantaseado desde hace décadas con dicha posibilidad.

Así, de acuerdo con un documental de History Channel, entre las películas que incluyen escenas de sexo espacial figuran Moonraker, Moving Violations, Supernova y Cube 2: Hypercube. Por otra parte, en la novelización de la ya citada primera parte de la saga Alien, Parker tiene un diálogo con Brett en el que se menciona un incidente sexual fallido, ocurrido en gravedad cero.

El traje de Bonta, aunque resultó efectivo, no dejó de ser estorboso. Foto: Wikimedia Commons

Por otra parte, ya en un plano más cercano a la realidad, la escritora estadounidense de ciencia ficción, Vanna Bonta, propuso la creación de un traje espacial que permitiera a los astronautas copular en las complicadas condiciones que plantea la ausencia de gravedad.

El traje “2Suit” fue diseñado después de que la novelista experimentara las microgravedad durante un vuelo parabólico que realizó en 2004 en conjunto con la Sociedad Nacional del Espacio. La finalidad era crear una prenda utilitaria con múltiples aplicaciones que responda a la necesidad de intimidad humana, así como a la procreación, mediante la estabilización de la proximidad física en ambientes de microgravedad.

Después de surgir esta idea, Bonta presentó el diseño de la prenda en 2006, en un panel durante una conferencia de la Fundación Space Frontier y, finalmente, fue puesto a prueba dos años después.

Si bien, aún hacen falta toda una serie de desarrollos tecnológicos para poder igualar las condiciones de movilidad que existen en la Tierra, la preocupación para muchos respecto a este tema es real y están haciéndose los esfuerzos necesarios para resolverlo. Después de todo, si los viajes espaciales del futuro contemplan otros mundos, es normal pensar que durante todo el tiempo que duren los trayectos el sexo no será un asunto que se pueda dejar al margen.

Fuente: Sin Embargo.

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