Quito, 23 de diciembre (EFE). El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, expresó su apoyo este lunes a la decisión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de declarar a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras a partir del 20 de enero, cuando asuma el cargo.
Noboa destacó que esta medida era un paso importante, ya que Estados Unidos nunca antes había clasificado a los cárteles como grupos terroristas. El mandatario ecuatoriano recordó que, en enero de este año, Ecuador ya había declarado la lucha contra las organizaciones narcotraficantes como un “conflicto armado interno” y las había designado como “terroristas”.
El pasado domingo, Trump anunció su intención de designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras, agregando que tomaría medidas inmediatas para expulsar a los miembros de estas bandas del país y desmantelar las redes criminales operando en suelo estadounidense.
Noboa, en una entrevista radial, subrayó la necesidad de una respuesta global al crimen organizado transnacional, mencionando que Ecuador ya ha tenido conversaciones con varios países, incluidos Estados Unidos, Japón, Brasil y Argentina, para coordinar esfuerzos en este ámbito. Además, el presidente ecuatoriano señaló que su gobierno trabaja para mejorar la seguridad en el país, fortaleciendo las fronteras y el sistema económico.
En cuanto al sistema penitenciario, Noboa señaló que la sobrepoblación en las cárceles ecuatorianas, que albergan más de 4,000 reclusos, requiere una reestructuración. Insistió en la importancia de aislar a los criminales más peligrosos para evitar que las cárceles se conviertan en centros de operaciones de bandas delictivas.
Aunque los esfuerzos para mejorar la seguridad han reducido la violencia en las prisiones, Noboa reconoció que Ecuador sigue enfrentando una “guerra” contra las bandas criminales, que incluyen a más de 35,000 miembros armados. Para hacer frente a esta situación, el gobierno ha militarizado puertos y se enfoca en combatir problemas como la minería ilegal, parte del conflicto armado interno que el presidente ha declarado contra los grupos narcotraficantes.