Seguidores del Frente de Izquierda Jean-Luc Mélenchon han convocado una “manifestación ciudadana” en París contra la “austeridad, las finanzas y por una VI República”.
El presidente francés, François Hollande, más cuestionado que nunca, se prepara para celebrar su primer aniversario en el poder en un escenario marcado por una marcha de la izquierda contra la austeridad en París y una nueva protesta de los opositores al matrimonio homosexual.
En vísperas del primer aniversario de su victoria en las elecciones presidenciales del 6 de mayo de 2012 contra el ex presidente Nicolas Sarkozy, los seguidores del Frente de Izquierda (FG) Jean-Luc Mélenchon, han convocado una “manifestación ciudadana” en París contra la “austeridad, las finanzas y por una VI República”.
En los últimos meses, y a medida que empeoraba la situación económica y se cerraban empresas en Francia, Mélenchon ha disparado sus dardos contra el ejecutivo socialista a tal punto que el gobierno ha dejado de considerar a la izquierda radical como un aliado.
El domingo, Mélenchon incluso acusó al mandatario francés de ser “una de las causas de la crisis, al igual que (Angela) Merkel y otros dirigentes europeos que han hecho la elección de la austeridad”.
El diputado europeo repitió que está dispuesto a ser primer ministro de una “cohabitación de izquierdas” con un “presidente que diga que ya no es socialista y un primer ministro que confirme que es de izquierda”.
“Creo que llegaremos a los 100 mil” participantes en la marcha, dijo Jean-Luc Mélenchon, lo que sería para él un triunfo, ya que “François Hollande lo ha dividido todo, el frente sindical, las fuerzas políticas de izquierda y nosotros luchamos contra eso”.
En paralelo, los opositores a la ley que abre la vía al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la adopción por las parejas homosexuales, han convocado manifestaciones en París y otras ciudades.
Pese a la aprobación definitiva de la ley por el Parlamento y de los sondeos que indican que dos tercios de los franceses se oponen a seguir las protestas, los organizadores de la “Manifestación para todos” no se dan por vencidos.
El sábado, un millar de manifestantes salieron a las calles de Estrasburgo (este) para advertir al gobierno contra cualquier intento de autorizar la procreación médica asistida y los vientres de alquiler.
Los opositores al matrimonio homosexual, cuyas concentraciones se han visto a menudo salpicadas de incidentes creados por grupúsculos de extrema derecha, pretenden proseguir el movimiento ya que las primeras bodas entre personas del mismo sexo podrían empezar a celebrarse a partir de junio.
Por su parte, el gobierno, que no prevé por el momento una gran reforma social, trata de dar la imagen de que se concentra en la solución de los problemas económicos.
El lunes, el jefe del Estado y su primer ministro Jean-Marc Ayrault reúnen un seminario de trabajo para preparar “los próximos meses”, según la portavoz del gobierno.
Entre los temas que abordarán están la recuperación de las cuentas públicas, el apoyo a la actividad económica, la lucha contra el desempleo, el acceso a la vivienda, la educación y las jubilaciones.
Primer presidente de izquierda desde François Mitterrand (1981-95), el socialista Hollande se encuentra un año después de su elección al frente de un país al borde de la recesión.
La tasa de desempleo, que se elevaba al 11% a finales de marzo, no termina de subir y el objetivo de inversión de la curva para finales de 2013 se hace cada día más difícil. El crecimiento casi nulo ha terminado por atrasar dos años más el objetivo de reducir el déficit público por debajo del 3%, pese a una política “seria” para conseguirlo.
Con los tres cuartos de los franceses que se declaran “descontentos”, Hollande se ha convertido en el presidente más impopular al cabo de un año de mandato.
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