Project CARS

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Project Cars es uno de los juegos más ambiciosos por su planteamiento y su puesta en escena. Es, en resumen, un simulador de carreras a la altura de los más grandes del género que hará las delicias de todos los aficionados al motor.

A cualquier aficionado a los juegos de coches les sonará el nombre de Slightly Mad Studios, y no solo por su viaje junto a EA para el desarrollo del Need for Speed Shift y su secuela, sino por el revuelo que en su día levantó el desarrollo del juego que ahora tenemos entre manos. Project Cars no solo es el nombre de este nuevo simulación de carreras y velocidad, también es el acronimo de Project Community Assisted Racing Simulator, es decir, simulador de carreras asistido por la comunidad, y quizás el mayor logro y orgullo de World of Mass Development.

Project Cars llegaba como un simulador (que no un arcade de carreras) de coches financiado por la comunidad y por sus desarrollodares, y haciendo partícipe a los jugadores de todo el mundo en el desarrollo del juego. Tres años han pasado desde su primera versión pre-alpha; tres años en los que el juego se ha convertido en el mejor simulador de carreras de todos los disponibles en la nueva generación.

Y es que Project Cars es eso, un simulador de carreras no apto para los amantes del arcade más puro, pues encontrarán en este título una dificultad añadida, muchas dosis de realismo y un online que, pese a no ser de los mejores, eleva lo anterior hasta el máximo esplendor y nos obliga tener pensada cada estrategia de antemano, a conocer nuestro coche y, sobre todo, la pista en la que vayamos a correr.

 

Aquí no hay nada que desbloquear, no hay dinero para mejorar el coche o comprar accesorios. Todo está desbloqueado desde el primer momento para que hagamos lo que nos gusta: conducir. Como un gran concesionario abierto de par en par para que cojamos lo que queramos y corramos por el circuito que más nos guste. Desde el principio, sin trampa y sin trucos de magia, todo empaquetado en realismo, simulación y un cuidado por el detalle asombroso.

Quizás porque llega tras el fiasco de DriveClub y a unos cuantos meses del lanzamiento de Forza 6 haya generado tanto revuelo estos días, pero lo cierto es que el juego se lo merece. No vamos a decir que es el mejor juego de coches al que puedes jugar, pero a día de hoy es el mejor de todos los disponibles en esta nueva generación de consolas. Project Cars no es DriveClub ni Forza. Y lo mejor es que tampoco lo pretende.

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Project Cars es el simulador de carreras que estábamos esperando

Quizás la mejor experiencia con la que disfrutar Project Cars sea con un PC a la altura y con unos periféricos que hagan justicia a un simulador de este nivel. Nosotros hemos probado la versión para consolas (específicamente PS4) y pese a estar a la altura en muchos aspectos, desde luego no alcanza lo visto en un PC de buen nivel acompañado de un volante. Esto no quita que jugarlo en consolas sea una experiencia desagradable, puesto que el juego, tanto a nivel jugable como en gráficos (y dejando de lado algunos problemillas), es muy bueno.

No obstante, a pesar de que como he dicho anteriormente Project Cars esté pensado como un simulador, todo tipo de jugador se va a sentir terriblemente cómodo con el juego. La mayoría de opciones que elevan la dificultad del juego se puede cambiar a gusto del jugador, como por ejemplo el nivel de la IA, pero también podremos activar o desactivar las ayudas a la conducción y eliminar todos los elementos de la interfaz. Una de cal y otra de arena. Todo a la vez o un poco en cada momento. Todo están pensado para hacer sentir al jugador cómodo a los mandos de un coche.

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Personalmente he podido avanzar en el modo historia (que abarca desde las primeras competiciones de Karts hasta la Fórmula 1, dejándonos elegir desde que nivel de competición queremos empezar) con relativa facilidad aun aumentado el nivel de dificultad por defecto. En este caso, el modo historia o el online de Project Cars no tienen nada que ver con llenar un garaje de coches que no vamos a usar, conseguir diez mil puntos y otras tantas piezas para mejorar los coches o tener el monoplaza más rápido: el enfoque de Slightly Mad Studios está tan claro que es un gustazo saber lo que nos vamos a encontrar nada más meter el juego en la consola, y es un elemento, sobre todo el apartado historia, que recuerda irremediablemente a viejas joyas como TOCA Race Driver de Codemaster.

La IA del juego es increíblemente realista, poniendo en aprietos a los conductores más experimentadosLa verdad es que es genial encontrar un juego sin pretensiones y con tan buen enfoque como Project Cars. La IA, sobre todo en el modo historia o libre offline no es que te ponga en muchos aprietos en los niveles inferiores, pero lo cierto es que ajustada la dificultad a un buen nivel, obliga al jugador a poner a prueba su destreza y exige un cierto nivel de habilidad. En el juego podemos ajustar todo, desde longitudes de carrera o número de paradas en boxes y configuraciones de coche o ajustar el cambio de neumáticos, hasta el reglaje, el sistema de guiado y ajustes internos de coche o el daño en sufrido en los mismos en la carrera.

Por todo ello no es el Forza o DriveClub killer que no han hecho creer que es. Quitando los detalles principales que podrían hacernos pensar que estamos ante el mismo tipo de juego, en Project Cars la cosas se ponen un poquito más serias. Tocar a un competidor en carrera o rozar el borde de la pista asegura una salida del trazado que nos puede costar muy caro; apura demasiado una curva y estás fuera. Aquí es donde entra el sistema de entrenamientos y clasificatorias opcionales en cada competición, cuya duración puede ir desde los 5 min por carrera hasta los 90 minutos para cada uno de estas pruebas previas a la carrera, cobra todo el sentido y se siente como un apartado obligatorio.

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Con todo esto quiero decir que el realismo en las sensaciones que transmite el juego está muy bien conseguido, y la inmersión, por tanto, es genial. Por ejemplo, a la hora de crear una carrera online o entrar en una ya existente podremos forzar a los oponentes (y a nosotros mismos) a utilizar la cámara interior del coche, utilizar el sistema de reparaciones y desgastes reales, obligar al cambio manual y eliminar totalmente las ayudas a la conducción. Si a lo anterior añadimos lluvia abundante, el resultado es que al conductor más novel le será imposible terminar una vuelta. Realismo a pesar de todo.

En este sentido, pese a que el multijugador cumple con lo esperado, nos hubiera gustado enormemente llevarlo tambien al modo historia, en el que nuestros oponentes dejen de ser IA para ser jugadores reales. Esto añadiría un plus de realismo a la parte competitiva del mismo y además aumentaría la flexibilidad ahora que el cooperativo local es una utopía en la nueva generación de consolas. Dejando esta lista de deseos de lado, el modo multijugador es correcto, funciona como tiene que funcionar y quitando un par de conexiones tardías y el ya habitual lag momentáneo, poco más que comentar. Un modo en el que cada uno de los apartados son suficientes para echar una carrera rápida, pues es el único pretexto del online de Project Cars.

Pero para los menos acostumbrados al realismo, Project Cars tambien nos ofrece lo contrario: un simple paseo sin ninguna dificultad por el modo historia o el modo libre. Los contrastes entre ambas formas de entender el juego ponen un poco en contexto el planteamiento del mismo como simulador de carreras. Lógicamente este empeño puesto en los diferentes aspectos de carrera también tiene su contrario que suponemos quedo fuera en el balance de este plan ambicioso: la lista de coches es relativamente reducida, aunque suficiente para muchos, y frena un poco este apartado tan realista. Estas son cuestiones menores que en muchas ocasiones quedan fuera de las exigencias de todo titulo de este tipo, aunque hay que decir que se echan enormemente de menos a los italianos del Cavallino Rampante. En cambio, el nivel de detalles de los circuitos es asombroso, y la lista de diferentes disponibles está a la altura de su parte técnica. La verdad es que el que los decorados estén tan bien creados aumenta mucho la inmersión y, si además la radio de boxes suena por el mando simulando una radio de verdad, pues poco más podemos pedir.

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Respecto al apartado gráfico, que vamos a decir que no salte a la vista. Slightly Mad ha hecho un buen trabajo, con un especial foco en lo detalles de los vehículos y en lo que respecta a los modos de cámara del interior del coche. Los vehículos licenciados son ricos en detalles de los modelos reales, y los que no lo son están suficientemente detallados como para no pasar desapercibidos. Además, los cambios climáticos y los reflejos de luz también están muy bien realizados, por lo que nada que objetar en este apartado.

Eso sí, Project Cars, al igual que su desarrollo, no ha tenido un lanzamiento tan pulido como esperábamos. No son pocos los errores que incluso el parche day-zero ha obviado. Las físicas de muchos de los vídeos que hemos ido viendo estos meses atrás parecen haberse ido para siempre en la versión para PS4 y algunas caídas de frame rates (imperdonables en un juego en el que cada segundo cuenta) empañan un conjunto que es casi sobresaliente. Esperamos que sus desarrolladores solucionen estos problemas menores a corto plazo.

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Otro problema que me ha molestado sobremanera ha sido sin duda los bugs en el sistema de control y en la asistencia en carrera. No son pocas las ocasiones en las que el control (mando de PS4) es errático y re saca de la pista incluso en una recta con un simple toque, o en aquellas que en la salida a pista lanzada hace que tu coche quede enganchado en algún elemento del circuito,obligando a reiniciar la carrera desde el principio. Las tipografías de algunos menús por otro lado son en algunas ocasiones extremadamente pequeñas y dificulta mucho su lectura, pero tampoco será un problema para la mayoría.

Lo mejor de todo es que todos estos pequeños errores son fácilmente corregibles por la gente de Slightly Mad y estamos seguros que en un próxima actualización del juego las cosas sean muy diferentes, algo parecido a lo que han hecho con DriveClub, que desde su lanzamiento parece otro juego. Algunos retoques por aquí y mejoras en el control por allá y Project Cars puede convertirse en el mejor juego de coches de los últimos años puesto que, de momento, en realismo, ejecución y propuesta ya lo es.

Conclusión

8.5
 

Project Cars no es un simulador perfecto, pero si redondo. El mimo en el detalle de cada uno de sus apartados y las posibilidades para los amantes de los coches lo convierten en un juego totalmente recomendable. Se agradece enormemente que todo este desbloqueado desde el principio para que el jugador solo tenga que sentarse a disfrutar. Los vehículos, circuitos y personalización de los mismos está estudiada al milímetro, aumentado las posibilidades del piloto que llevamos dentro.

A pesar de que no está pensado como un juego para todos los públicos el equilibrio entre realismo y personalización lo convierten en un gran juego que debe estar en las estanterías de todos los jugadores. Es, en pocas palabras, el simulador que esperábamos para esta nueva generación de consolas.

Fuente: Hipertextual.

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