La naturaleza nos deja a veces imágenes sorprendentes. Nos puede aterrorizar un animal, por ejemplo un caimán o un cocodrilo, pareciéndonos de una insuperable voracidad, y de repente vemos cómo aparece otro y se lo come.
Hace unos meses un camarógrafo captó una de esas escenas en el lago Moondarra, en Australia, al grabar a una serpiente pitón devorando uno de esos feroces reptiles.
Pero, ¿qué ocurre dentro de una serpiente para poder engullir y digerir ejemplares de tales dimensiones?
El doctor Stephen M. Secor, profesor de biología de la Universidad de Alabama (EE.UU.), lo ha estudiado radiografiando el interior de una pitón en plena digestión de un caimán.
“El caimán [del estudio] pesaba un 25% de la masa corporal de la serpiente”, explica a BBC Mundo. “Es sorprendente la facilidad con la que las pitones pueden digerir comidas de este tamaño”.
Secor cuenta estupefacto como incluso pudo observar a una joven pitón comiéndose un animal más grande que ella misma. “Equivalía a un 111% de su masa corporal”, precisa.
Para digerir el caimán que se ve en las radiografías, la pitón necesitó seis días.
“El caimán se descompone lentamente en el estómago gracias a la acción combinada del ácido clorhídrico y la enzima pepsina”, relata Secor.
Las enzimas en el intestino delgado tienen entonces la tarea de romper la dura piel del caimán rompiendo las moléculas individuales de los ácidos grasos, los azucares simples y los aminoácidos que serán absorbidos después.
Secor y su equipo habían hecho el mismo experimento con ratas y palomas, y se encontraron con la sorpresa de que la serpiente no empleaba más energía para deshacer las duras escamas del reptil.
Día 1
Se puede ver perfectamente en la imagen obtenida por Secor el cuerpo del caimán, con la cabeza a la izquierda. La serpiente ha ensanchado su cuerpo para amoldarse al tamaño de su presa.
Día 2
El tejido blando del caimán se ha disuelto y el esqueleto comienza romperse en el interior del intestino delgado de la pitón. La tasa metabólica de la serpiente aumenta considerablemente para segregar suficientes enzimas y ácidos.
Día 3
Las escamas y los huesos del caimán están siendo digeridos. Durante estos días la serpiente está casi inmóvil, siendo más vulnerable a posibles ataques.
Día 4
Sólo permanecen las partes más resistentes de la estructura de la presa. No sólo las enzimas hacen su trabajo, sino también las bacterias del intestino. “Aunque aún no sabemos bien cómo”, le dice Secor a BBC Mundo.
Día 5
Sólo resisten algunos fragmentos. En este momento la principal tarea del aparato digestivo de la serpiente es eliminar los gases del proceso.
Día 6
La digestión fue completada. A partir de este punto, una pitón puede estar semanas o incluso meses sin necesidad de volver a comer, explica el doctor Secor.