El Radar por Jesús Aguilar
@jesusaguilarslp
La Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), una institución pública cuya misión primordial debería centrarse en la educación, la investigación y la difusión cultural, hoy a razón de la publicación de un reportaje de Carlos Rubio en Astrolabio, se ha generado un momento complicado que amerita una toma tajante de decisiones o en su caso rectificaciones.
Distrito Santa Fe, el centro comercial y deportivo que será construido en terreno de la UASLP
El llamado “Distrito Santa Fé” ha generado controversia al proyectarse como resultado de la renta, por parte de la UASLP de un terreno muy valioso en la colonia Lomas Cuarta Sección a un costado de dos de los hoteles de lujo de la ciudad, uno de los complejos de oficinas más importantes de la ciudad, 2 plazas comerciales y de negocios que además colindan con parte del campus poniente de la Universidad donde está la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Todos sabemos que desde que arrancó el Obradorato, ahora continuado por Sheinbaum, la Universidad sufrió no solo el desdén oficial sino disminución de recursos y una desafortunada embestida para intentar ejercer de alguna manera control.
La vocación de esta joya patrimonial universitaria en la lógica del Rector Zermeño, del Consejo Universitario y de las buenas consciencias debía ser algo que aporte a la sociedad (deportiva esencialmente), pero se ha planteado como un centro eminentemente comercial. Aunque este acuerdo podría percibirse como una estrategia para diversificar ingresos, el análisis de los términos de este negocio pone en evidencia un desbalance donde los principales beneficiarios parecen ser terceros, dejando interrogantes sobre la transparencia y el beneficio público de la transacción.
El terreno, con un valor catastral de 159 millones de pesos no es una referencia real en las condiciones del mercado, su valor comercial (en el que se tasa una renta es de cerca de 600 millones de pesos). El predio fue obtenido a través de una donación, sería arrendado a la empresa Distribuidora VEM S.A. de C.V. por un plazo de 20 años. La renta anual inicial será de tres millones de pesos en el acuerdo difundido por Astrolabio.Este porcentaje está muy por debajo del promedio del 5% que se considera razonable en el mercado inmobiliario para arrendamientos comerciales de este tipo. Además, el primer año será considerado un “año de gracia”, eximiendo a la empresa del pago mientras se concluyen los trámites y adecuaciones, un beneficio significativo que rara vez se otorga en este tipo de acuerdos. Es ridículamente baja la transacción, a todas luces le están regalando a alguien el usufructo de una joya inmobiliaria. El “retorno” a la UASLP es absolutamente insignificante.
El proyecto, denominado “Distrito Santa Fe”, promete convertirse en un centro de alto impacto con tiendas ancla, franquicias, agencias automotrices, y, sí, espacios deportivos, además de áreas verdes y de convivencia. No obstante, el acceso preferencial para los estudiantes de la UASLP se limita al uso de instalaciones deportivas, mientras que la plaza en general será mayormente un espacio orientado al consumo y al tránsito vehicular, lo que contrasta con la retórica de integración social y accesibilidad pública.
Un aspecto especialmente preocupante es la falta de transparencia en el proceso de aprobación y la publicación de información. A pesar de ser un tema de interés público, no existe documentación accesible en la Plataforma Estatal de Transparencia, ni la UASLP ha brindado información detallada sobre el contrato firmado. Este silencio institucional alimenta la percepción de que el acuerdo pudo priorizar intereses particulares sobre los de la comunidad universitaria y la sociedad potosina.
El ojo del huracán nos convoca a ser estrictamente objetivos en dos temas:
En primer lugar ¿cómo fue que calcularon rentar y no vender por 20 años un espacio que si necesitaba generar caja en la UASLP debía haber sido concursado al mejor postor, no en adjudicación directa, no en un sospechosísimo acuerdo-baratija, con un solo verdadero beneficiario, el arrendatario?
Si las matemáticas no fallan, el acuerdo previsto implica una ganancia de 57 millones de pesos ya que se estableció un precio de renta de 3 millones al mes con el primer año sin cobro. En las estimaciones elementales de un profesional inmobiliario, un espacio debe rentarse de buena manera en hasta el 1% de su valor al mes, debido a la condición de mercado hoy las rentas varían entre el 3 y el 6%, si se estima que el valioso terreno cuesta cerca de 600 millones, y aún reduciendo el estimado a 500 millones, su renta mensual debería arrancar con una proyección de piso de más de 1 millón de pesos.
En segundo, una licitación abierta, con concurso y recibiendo las mejores ofertas de un mercado inmobiliario ávido de tener espacios en este exclusivo cuadrante podría haber procurado muchísimo más dinero para que la Universidad pudiera tener un prolongado tanque de oxígeno financiero.
Además, resulta llamativo que la empresa beneficiaria, Distribuidora VEM, modificara su objeto social poco antes de la firma del contrato, sugiriendo una adecuación específica para manejar proyectos de esta naturaleza.
Este detalle plantea interrogantes sobre la selección de esta compañía y las condiciones bajo las cuales fue elegida para desarrollar el proyecto.
Por último, aunque las instalaciones revertirán a la UASLP al final del contrato, cabe cuestionar si esta ventaja a largo plazo justifica el bajo ingreso anual y la falta de control público sobre el uso de un bien que, en esencia, pertenece a toda la sociedad.
Por supuesto que en una trama que tiene más de un año de iniciar su gestación hay 3 nombres que dentro de la estructura del edificio central tendrían que dar mucho más que una explicación, el anterior abogado general Joel González de Anda, el secretario general de la institución y ex Fiscal Federico Garza Herrera y el controvertido director de finanzas Isaías Ricardo “La Rana” Martínez Guerra, señalado con anterioridad por pésimos manejos y conductas ventajosas antes planteadas por este medio. El último personaje además ya tiene en su expediente varias denuncias que tampoco ha podido, hasta donde sabemos, resolver.
En conclusión, el caso del Distrito Santa Fe ilustra trístemente cómo los bienes públicos pueden ser utilizados en esquemas que generan beneficios inmediatos para terceros, mientras se minimizan las ventajas tangibles para la comunidad que originalmente financia y sostiene a estas instituciones.
La UASLP tiene la responsabilidad de asegurar que este proyecto no solo sea financieramente viable, sino que también refleje un compromiso ético con la transparencia y la maximización del bienestar colectivo. De no hacerlo, corre el riesgo de socavar su credibilidad y su misión como institución pública.
La buena fama y conducta de Alejandro Zermeño lo precede, a diferencia de sus sucesores, no ha aprovechado su puesto para beneficiar familiares, ha tenido una postura íntegra ante embates internos y externos que buscaban manosear la universidad, logró con un gran margen su reeelección con integridad y ha sido pragmático para asumir el compromiso de representar una de las pocas insituciones nobles que le quedan al estado, lo único que podemos pensar con lo anterior es que alguien lo engañó, le ocultó o manipuló para que accediera a algo que financiera, pública y políticamente es un disparo en el pie.
Tiene los tamaños para revertirlo, que lo haga y de paso que se deshaga de los que lo llevaron a este callejón oscuro pero aún con salida.