No han sido años sencillos para Nintendo. Luego de ser parte de la dupla (junto con Sega) reinante en el entretenimiento digital durante la década de los ’80, la importancia de la compañía japonesa decayó a partir del último lustro del siglo XX para ceder parte de su tajada a Sony y Microsoft. Desde entonces hasta ahora, la lucha de Nintendo ha sido por no sucumbir ante el avance agigantado de la competencia y, al mismo tiempo, proponer nuevas alternativas. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados.
La muerte de Satoru Iwata, además de resultar inesperada, se convierte en una especie de cereza del pastel a una cadena de desatinos del hogar de los hermanos Mario, Link, Samus y compañía. Los últimos años no han sido precisamente un paseo en carrusel para la empresa creada hace 126 años, sobre todo porque sus más recientes lanzamientos no han tenido tanto éxito como los de sus competidores.
El deceso de Iwata, por otra parte, no sólo representa una gran pérdida para la industria de los juegos de video en general. Para Nintendo será realmente difícil llenar este vacío, ya que dentro de las cualidades de este personaje entrañable para la comunidad de videojugadores no sólo se encontraba el hecho de que era un excelente directivo, sino también un gran desarrollador, creador y productor de videojuegos y, por encima de todo, todo un gamer de corazón.
A pesar de su pasado engañosamente reciente, las raíces de Nintendo son las de un centenario fabricante de juguetes e incluso ahora, cuando ya no es el gigante que solía ser hace un par de décadas, son muchos los partidarios de esta marca que alaban su política de crear productos pensando primero en el consumidor antes que en las ventas. Sin embargo, lo cierto es que no deja de ser una compañía multimillonaria y –ya en estos terrenos– es inevitable que el romanticismo se diluya para favorecer los números.
Los últimos dos años han estado adornados con caídas en la bolsa para la compañía japonesa y si por algo se ha mantenido a flote, además de la fidelidad de sus partidarios, es por la incorporación de productos como los amiibos, que han resultado una éxito para Nintendo, que gracias a ellos registró buenas ganancias el último trimestre de 2014. Así, estos coleccionables demuestran lo valioso que pueden llegar a ser los clientes principales de una compañía.
No obstante, no se pueden depositar todas las esperanzas en una pieza de hardwarecoleccionable, por más exitosa que sea. Este negocio es, quieran o no algunos, de juegos de video y si de algo sabía Iwata era de esto, por lo tanto muchos esperan en su sucesor alguien con un perfil similar al suyo.
¿Quién podría hacerse cargo de llenar el enorme hueco que quedó en Nintendo Co.?
LOS CANDIDATOS
Nintendo sólo ha tenido dos presidentes en su etapa moderna: Hiroshi Yamauchi (1949-2002) y Satoru Iwata (2002-2015). Las especulaciones de quién viene detrás de ellos se centran en los nombres de varios personajes, algunos incluso sorpresivos.
Genyo Takeda
Mientras el reemplazo de Iwata no haya sido nombrado, el director ejecutivo mayor Genyo Takeda conducirá el comité para el funeral del finado presidente, una señal de que podría estar asumiendo el papel de liderazgo. No obstante, Nintendo no ha comentado nada al respecto, publicó IBN Live.
Takeda, especializado en hardware, fue uno de los principales desarrolladores de la consola de Nintendo Wii, aparece así como uno de los posibles sucesores, aunque no se trata de uno de los “favoritos” de Iwata como el productor y director de juegos Eiji Aonuma o el también director y diseñador Masahiro Sakurai, que ya han aparecido en el pasado haciendo de voceros, una de las características más celebradas del fallecido director.
Reggie Fils-Aime
Cierto, Reginald Fils-Aime es uno de los ejecutivos más carismáticos de esta compañía. Sin embargo tiene en su contra el “pequeño” detalle de que no es japonés para dejar detrás cualquier argumento referente e las típicas brechas culturales entre Oriente y Occidente. Sin embargo, es esto precisamente lo que hace de “Reggie” un candidato ideal para muchos fans.
Ya el mismo Iwata marcó una diferencia en su momento, al ser el primer presidente de la compañía en no pertenecer al clan de la familia fundadora, por lo que esta tendencia puede beneficiar al actual presidente y jefe de operaciones de Nintendo of América.
No obstante, en su contra, Fils-Aime tiene el hecho de que no es un desarrollador, comparado otros candidatos, cuya experiencia en el mundo de los juegos de video va más allá de lo meramente administrativo.
Shigeru Miyamoto
Dios personificado para muchos gamers, la presencia de Miyamoto en la cultura actual es indiscutible y trasciende el ámbito del entretenimiento digital y ahora las especulaciones (provenientes de su círculo cercano), colocan al japonés de 62 años, creador de franquicias como Donkey Kong, Mario y Zelda, como la próximo gran dirigente de Nintendo, publicóThe Wall Street Journal.
Miyamoto actualmente funge como director administrativo de la empresa en compañía de Takeda. Por otra parte, en un comunicado dado a conocer luego de la muerte de Iwata, Miyamoto afirmó que “iba a mantener la postura de desarrollo de juego que él y el señor Iwata establecieron y trabajará con los desarrolladores para crear el tipo de éxitos futuros que el difunto presidente hubiera querido.”
BRILLANTE OPTIMISTA Y ALEGRE
A lo largo de su vida, Iwata estuvo involucrado en la creación de 276 juegos entre que abarcan desde el Car Race (1980), hasta el Super Smash Bros. (1999), pasando por otros títulos clásicos como Kirby’s Dreamland. En sus últimos años tuvo que encarar un bache financiero y la tibia recepción de nuevos productos como Wii U, algo que finalmente impulsó la entrada de la compañía en el mercado de los videojuegos para dispositivos móviles hace apenas unas semanas, un nuevo desafío que la empresa ahora deberá afrontar ahora con un nuevo líder.
El que fuera presidente de Nintendo desde 2002, además optar por no ser una figura autoritaria –creando un consejo ejecutivo de seis miembros– tenía como filosofía centrar su atención en la experiencia final de los jugadores, algo que hasta ahora le sigue dando a los productos de Nintendo un extra en comparación con las consolas rivales, a las que se les critica constantemente su estrategias despersonalizadas y poca retribución a la fidelidad de los jugadores.
“Programar un juego es difícil. Dirigir una empresa con éxito desde hace 13 años es más difícil. Aparecer como la cara pública carismática de esa empresa es casi imposible”, publicó The Verge a manera de despedida. “Con su partida Nintendo pierde un talento poco común capaz de las tres cosas y perdemos un hombre que llegó a ser asociado con lo mejor de los juegos de Nintendo: brillantes, optimistas, y siempre llenos de alegría.”
Con información de: Sin Embargo