Seguridad en la frontera es inalcanzable, dice experto Los adversarios de la reforma migratoria estadunidense demandan que su ejecución se condicione a un elusivo concepto, el de seguridad fronteriza. En términos reales, afirma la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), no hay una idea exacta de qué es, en qué consiste y cómo medirla. Es una meta “elusiva e inalcanzable”, dice Adam Isaacson, experto de WOLA en cuestiones de seguridad, en un análisis distribuido ayer. Una de las propuestas más generalizadas es la de poner una meta de seguridad fronteriza y el mantenimiento de control efectivo en áreas de consideradas como de alto riesgo. Una zona de alto riesgo es una en la que las autoridades capturaron 30 mil o más indocumentados en un año. Según el análisis de Isaacson, en 2011 hubo dos distritos de la Patrulla Fronteriza que alcanzan esa definición: San Diego y El Centro, ambos en la frontera California-México; y tres en 2012: Tucson (Arizona), y Laredo y el Valle de Rio Grande en Texas. La idea de “control efectivo” es cuestionable también, toda vez que se esperaría como medida del control que hubiera una eficiencia equivalente a 90 por ciento de los intentos de ingresar ilegalmente a territorio estadunidense, pero las estimaciones actuales son de que se logra sólo en 35 por ciento. “Nuestro actual debate político se basa con frecuencia más en conceptos erróneos que sobre hechos reales”, apuntó WOLA. La mayoría quiere grandes cambios El 75% de los estadunidenses cree que el sistema de inmigración de Estados Unidos requiere “grandes cambios”, incluyendo una vía para legalizar a la población indocumentada, según una encuesta nacional divulgada ayer por el Centro de Investigación Pew. En general, 75% de los encuestados cree que la política migratoria del país necesita “grandes cambios” y 35% cree que ésta requiere “una completa transformación”. Sin embargo, el sondeo reveló la falta de consenso sobre cómo responder a los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos. El 73% cree que “debe haber una forma que les permita quedarse legalmente” en el país; 44% apoya que puedan solicitar la eventual ciudadanía, y 25% cree que la respuesta más apropiada es que puedan solicitar “únicamente” la residencia legal. El 56% de los encuestados dijo que no cree que la legalización sería un “premio” para quienes violan las leyes migratorias, como argumentan los detractores de la reforma migratoria, y sólo 37% consideró que la regularización de los indocumentados sería darles un “premio tácito”. El sondeo sugirió que el atentado en Boston del pasado 15 de abril tuvo poco efecto en la opinión pública sobre el problema de la inmigración ilegal. Según una encuesta divulgada por el mismo centro la semana pasada, 58% opinó que el atentado en Boston y el debate migratorio son asuntos separados y 36% consideró que el ataque debería ser parte del debate ante el Congreso. Respecto a la seguridad fronteriza, 53% de los estadunidenses cree que el gobierno federal puede hacer mucho más por reducir el cruce de inmigrantes indocumentados por la frontera sur, y sólo 13% cree que hay poco o nada que se pueda hacer para fortalecer la vigilancia en la zona. La encuesta destacó diferencias ideológicas en torno a la seguridad fronteriza, ya que 68% de los republicanos conservadores cree que el gobierno debe hacer más, en comparación con 37 % de los demócratas progresistas que comparte esa opinión. Líderes dan su respaldo a reforma Más de dos decenas de líderes conservadores de Estados Unidos han firmado una declaración en la que apoyan una reforma de las leyes de inmigración y califican al proyecto que está pendiente en el Senado como un “importante punto de partida”. “Simplemente oponerse a la reforma de inmigración no debería ser la respuesta conservadora a este problema. Creemos que los conservadores deberían ser quienes encabecen el camino en este asunto al dar su respaldo a la ley que contiene principios conservadores”, dijeron los funcionarios en la declaración, que fue divulgada ayer. Entre los firmantes figuran Fred Malek, presidente del Foro de Acción Estadunidense; Ralph Reed, presidente de la Coalición de Fe y Libertad; Paul Wolfowitz, académico del Instituto Estadunidense de la Empresa; Mat Staver, presidente y fundador del Consejo de la Libertad y Lawson Bader, presidente del Instituto de la Empresa Competitiva. La declaración fue coordinada por Al Cárdenas, presidente de la Unión Conservadora Estadunidense. “Los conservadores están dispuestos a dar su respaldo a la reforma de inmigración, siempre y cuando conlleve al crecimiento económico, al fortalecimiento de las familias, fomente la asimilación e impida que se produzca otra ola de inmigración ilegal”, agregó la declaración. Muchos de los firmantes de la declaración participaron en una reunión el martes con el senador republicano Marco Rubio, miembro del grupo bipartidista de ocho senadores que elaboró el anteproyecto y quien busca recabar el apoyo de los conservadores. Rubio solicitó su apoyo asegurándoles en parte que el proyecto de ley podría cambiar conforme fuese debatido. En su declaración, los funcionarios señalan su expectativa de que el anteproyecto no será aprobado tal cual está ahora. http://www.excelsior.com.mx/global/2013/05/10/898334#.UYzsyiIU5PU.twitter]]>
Reforma migratoria sortea trabas
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