Reino Unido exige al príncipe Andrés renunciar a sus títulos tras nuevas revelaciones del caso Epstein

Crece la presión sobre la monarquía británica luego de nuevas acusaciones que vinculan al príncipe Andrés con Jeffrey Epstein.

El Palacio de Buckingham y el gobierno británico enfrentan una fuerte ola de críticas y exigencias para que se le retiren oficialmente al príncipe Andrés sus títulos reales y su residencia, luego de que se revelaran nuevos detalles sobre su relación con el empresario y delincuente sexual Jeffrey Epstein.

Tras conversaciones con su hermano, el rey Carlos III, el príncipe accedió el viernes pasado a dejar de usar su título de duque de York, en un intento por proteger la imagen de la monarquía ante la indignación pública. Sin embargo, Andrés aún conserva de forma oficial su título nobiliario, otorgado por la fallecida reina Isabel II, y mantiene su condición de príncipe.

Las presiones aumentaron después de que se difundieran correos electrónicos que prueban que Andrés mantuvo contacto con Epstein por más tiempo del que había admitido. Además, el lanzamiento de las memorias póstumas de Virginia Giuffre, una de las víctimas del magnate, reavivó el escándalo. Giuffre acusó al príncipe de haber mantenido relaciones sexuales con ella cuando tenía 17 años.

Su hermano, Sky Roberts, pidió al rey Carlos que dé un paso más y le retire también el título de príncipe. “No debería poder seguir llamándose así”, declaró al diario The Times.

Aunque Andrés, de 65 años, ha negado reiteradamente las acusaciones, su reputación quedó marcada desde 2019, cuando ofreció una polémica entrevista a la BBC donde intentó justificar su amistad con Epstein. Las reacciones del público lo retrataron como un hombre distante e insensible hacia las víctimas.

En 2022, el príncipe llegó a un acuerdo extrajudicial con Giuffre, pagándole varios millones de dólares sin admitir culpabilidad, pero reconociendo el sufrimiento que ella padeció.

Ante el nuevo escándalo, legisladores británicos propusieron retirar sus títulos por ley. El diputado escocés Stephen Flynn pidió aplicar una medida similar contra Peter Mandelson, otro político con vínculos pasados con Epstein.

“El público está indignado, y las víctimas también. Merecen ver que se tomen medidas reales”, dijo Flynn.

Por su parte, el gobierno señaló que respetará las decisiones del Palacio, aclarando que no intervendrá directamente en los asuntos internos de la familia real. “Nuestros pensamientos están con las víctimas de Epstein, pero estos temas competen al entorno real”, declaró la ministra de Educación, Bridget Phillipson, en entrevista con la BBC.

Además de los títulos, algunos críticos exigen desalojar a Andrés de su lujosa residencia, Royal Lodge, una mansión de 30 habitaciones cerca del castillo de Windsor donde vive junto a su exesposa, Sarah Ferguson.

El escándalo estalla justo cuando el rey Carlos III se prepara para una visita de Estado al Vaticano, mientras el Palacio teme nuevas revelaciones tras el lanzamiento del libro Nobody’s Girl (“La chica de nadie”), escrito por Giuffre antes de su muerte en abril pasado.

En uno de los fragmentos filtrados, Giuffre relata que el príncipe “actuaba como si tener sexo conmigo fuera su derecho de nacimiento”. También asegura que el equipo de Andrés intentó contratar troles en internet para intimidarla, e incluir una cláusula de silencio en el acuerdo legal para proteger el Jubileo de Platino de la reina Isabel II.

La Policía Metropolitana de Londres confirmó que investiga reportes que apuntan a que el príncipe habría intentado desacreditar a Giuffre pidiendo a sus escoltas información sobre su pasado.

El caso, una vez más, pone en jaque la reputación de la monarquía británica y reabre el debate sobre el papel de la justicia frente a las figuras reales.

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