La reciente revelación de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, supuestamente vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ha generado más dudas que respuestas. Los hallazgos de restos humanos, tres hornos clandestinos y cientos de pertenencias personales han puesto en evidencia la falta de acción por parte de las autoridades, dejando una serie de interrogantes que causan indignación.
Entre los objetos encontrados en el sitio se hallaron carteras, identificaciones, fotos, ropa y hasta 400 pares de zapatos y tenis. La magnitud de los descubrimientos ha despertado cuestionamientos sobre la ineficacia de las investigaciones previas y la posible omisión de las autoridades. De acuerdo con las estimaciones, al menos 200 personas fueron incineradas en este lugar.
Una de las mayores incógnitas es por qué, si el rancho estaba asegurado desde septiembre de 2024, no se encontraron estos restos antes. A pesar de que el terreno ya estaba bajo control de las autoridades, tuvieron que pasar cinco meses para que el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco diera con más evidencias en el sitio, lo que deja en duda el trabajo de la Fiscalía.
Otro punto alarmante es la presencia de tres hornos de grandes dimensiones, de aproximadamente 1.50 metros de alto por 2 metros de profundidad, además de estructuras de ladrillo cubiertas con tierra donde presuntamente fueron ocultados más restos. Resulta difícil de creer que las autoridades no se percataran de estas estructuras durante su investigación inicial.
Asimismo, se ha señalado que este rancho era utilizado como un centro de reclutamiento y entrenamiento de jóvenes por parte del crimen organizado. La organización Guerreros Buscadores ha denunciado que muchos de estos jóvenes terminaban como víctimas dentro de los crematorios. Sin embargo, persiste la pregunta de por qué ninguna autoridad detectó esta actividad a tiempo.
El caso también ha evidenciado la falta de coordinación entre instituciones. En septiembre de 2024, se detuvo a 10 personas relacionadas con este sitio, pero tras liberar a dos de ellas y encontrar a una sin vida, no se llevaron a cabo más investigaciones. Fue hasta marzo de 2025 cuando se realizó el nuevo hallazgo, lo que hace evidente que la indagatoria inicial fue insuficiente.
A pesar de la gravedad del caso, la Fiscalía General de la República (FGR) apenas ha anunciado que abrirá una investigación. No obstante, la falta de acción desde el año pasado genera dudas sobre su compromiso con el esclarecimiento de los hechos. El fiscal Alejandro Gertz Manero ha dicho que se debe analizar primero la historia del caso, mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum calificó el hallazgo como “terrible”, dejando la responsabilidad en manos de la Fiscalía de Jalisco y la FGR.
Ahora queda por ver si esta vez las autoridades realmente investigarán sin omisiones o si este caso terminará en el olvido.