Jaime Maussan, conocido investigador del fenómeno ovni, volvió a llamar la atención tras presentar nuevas momias alienígenas encontradas en Perú en marzo pasado. A pesar de la controversia generada el año pasado cuando presentó momias similares en el Congreso de México, Maussan persistió en su búsqueda de la verdad, recurriendo a científicos estadounidenses y europeos para autenticar los restos.
Recientemente se dieron a conocer los resultados de estos estudios. Según los análisis, una de las momias, llamada “María”, tiene similitudes biológicas con los humanos pero presenta muchas diferencias morfológicas y anatómicas significativas. Los investigadores también lograron fechar la momia entre 240 d.C. y 383 d.C., lo que la ubica en el mismo período que la antigua civilización Nazca.
El equipo que realizó el estudio descubrió que el espécimen carece de pelo y orejas externas, presentando solo aberturas en los canales auditivos. La estructura craneal muestra un crecimiento atípico similar a un fenotipo dolicocéfalo, con un volumen craneal 30% mayor que el de un humano promedio. Además, los escaneos revelaron ojos saltones y mandíbulas prominentes.
En cuanto a las extremidades, las manos y pies de la momia son especialmente notables. Los huesos de las manos, desde la palma hasta la base de los tres dedos, muestran una transformación que las hace parecer tan anchas como las manos humanas. Similarmente, los huesos de los pies fluyen hasta los tres dedos, siendo mucho más largos pero de un ancho comparable al de los pies humanos.
El análisis también detectó que la momia estaba impregnada de un polvo blanco conocido como tierra de diatomeas, comúnmente utilizado en insecticidas. Este hallazgo sugiere que el cuerpo fue preservado usando métodos antiguos.
Finalmente, el estudio concluye que el espécimen es un cuerpo humanoide desecado con una arquitectura biológica similar a la humana, aunque exhibe numerosas diferencias estructurales y singularidades morfológicas y anatómicas.
