Una auténtica locura se vive en las inmediaciones del Estadio Azteca para conseguir entradas del juego de vuelta entre Águilas y Cruz Azul
Desde las 2:00 horas, un grupo de trasnochados se forma afuera de la taquilla del Estadio Azteca que da a la explanada de Tlalpan, con tal de ser de los primeros en adquirir las preciadas entradas de la gran final entre América y Cruz Azul.
Y de ahí la fila crece, se multiplica. Pasan de las 10:30 y a alguien se le ocurre poner un par de letreros. El primero dice: “Para este encuentro no habrá venta de boletos en taquilla, solamente es por Ticketmaster”. Enseguida, el segundo, el que más duele: “Boletos agotados”.
Aún así se mantiene la gente ahí, formada, pese al inclemente sol, esperanzada en que se abra la venta en algún lejano momento.
Los revendedores no logran manifestarse abiertamente, porque medio centenar de policías se despliegan en el lugar.
La búsqueda de revendedores no resulta fácil. Hay que incursionar hasta las calles aledañas, en la colonia Santa Úrsula, para encontrar el objetivo y no todos tienen. Ahí, un individuo fornido, moreno, cuenta un fajo de billetes de 500 sin ningún reparo.
“Acabo de vender dos boletos”, presume, resuelto a ofrecer más. “Todavía tengo”, asegura. Sin embargo, no se baja de los 3 mil pesos, apenas para la zona general, la más alta del inmueble.
En medio, dice, “te los doy a 4 mil y hasta abajo, de a 5 mil”. Cuando la venta normal anuncia los más económicos a 400 pesos, luego de 500, 600 y 700 los más costosos. Es, efectivamente, la locura.
Con la promesa de encontrar quién los ofrezca más baratos, abajo del puente que conecta al Tren Ligero, hay quienes aseguran que por la noche o mañana estarán más localizables y, aseguran, vender a 2 mil los de general.
Sobre el puente que conecta con el paradero de Tlalpan, hay quienes los ofertan en 2 mil 500 pesos.
Un individuo, sin boletos para el juego de vuelta en el Azteca, asegura que él los buscó inútilmente por Ticketmaster y nunca hubo venta. Por eso se conforma con ofrecer boletos del partido de ida, en el estadio Azul. “Te dejo, cada uno, en 2 mil pesos”, dice.
Adentro del inmueble se produce la venta de boletos para empleados de Televisa. Sí, ellos reciben un trato especial.
“Mañana se va a poner mejor”, vaticina alguien. “Cuando ya se sepa el resultado del primer partido”. Sí, es la locura. “¿Quién da más?”, preguntan, porque nadie se quiere quedar fuera del Coloso de Santa Úrsula en la promovida final del siglo.
CIFRAS
3 MIL
pesos cuestan los boletos de 400 pesos, los que corresponden a las zonas general y general porra visitante.
4 MIL
piden los revendedores por entradas de especial bajo, preferente y preferente plus, cuyo precio normal es de 500 pesos.
5 MIL
o más por los que valen 600 y 700 pesos, en platea alta, palcos plus, platea alta plus y platea baja.
300 PERSONAS
y hasta más se forman en los alrededores de la taquilla de la explanada de Tlalpan, en el Estadio Azteca.
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