Las lluvias torrenciales que azotaron la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, la noche del jueves, dejaron un saldo trágico con al menos tres personas fallecidas y una ciudad prácticamente paralizada. Las imágenes de vehículos, viviendas, plazas comerciales y escuelas completamente cubiertas por el agua han evidenciado la magnitud del desastre en esta localidad fronteriza, donde fenómenos de esta magnitud son poco habituales.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) activó el Plan DN-III desde la tarde del jueves, un protocolo de auxilio en casos de desastres naturales, para apoyar a las personas afectadas. En medio de la tormenta, habitantes de Reynosa salieron a las calles para intentar rescatar a quienes quedaron atrapados en sus automóviles o viviendas, que en cuestión de minutos fueron alcanzados por la crecida del agua.
Durante la mañana de este viernes, con un cielo más despejado y condiciones climáticas favorables, la población comenzó las labores de limpieza. Sin embargo, el impacto fue tal que empresas y fábricas suspendieron actividades. El Sindicato Industrial Autónomo de Maquiladoras de la República Mexicana confirmó la cancelación de labores en diversas plantas de manufactura en la ciudad.
“Desde que llegué a Reynosa, nunca había visto algo así”, expresó un hombre a medios locales, impactado por la magnitud del desastre. Mientras tanto, en municipios aledaños y en la ciudad estadounidense de McAllen, Texas, también se reportaron afectaciones por las inundaciones.