En medio de una complicada situación financiera, TV Azteca, propiedad de Ricardo Salinas Pliego, enfrenta una crisis que ha llamado la atención tanto de autoridades fiscales como del sector mediático. Aunque no se habla aún de quiebra, sí hay señales de alarma que apuntan a problemas serios de liquidez.
Grupo Salinas, uno de los conglomerados más grandes de América Latina, está envuelto en un conflicto con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) por una supuesta deuda fiscal de más de 63 mil millones de pesos relacionada principalmente con su empresa Elektra. Salinas Pliego niega la deuda y acusa persecución política. A la par, su televisora TV Azteca ha recurrido a medidas legales para no revelar su situación financiera, una maniobra poco común que ha sido permitida por un juez civil de la Ciudad de México.
El economista Mario Campa explica que, aunque TV Azteca no está técnicamente en bancarrota, sí enfrenta problemas para cubrir sus compromisos financieros. Esto, dice, podría indicar que la empresa busca tiempo para reorganizarse sin declararse insolvente.
La situación ha sido calificada como inusual, ya que TV Azteca está exenta de presentar sus reportes financieros ante la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), a pesar de tratarse de una empresa que maneja recursos del público inversionista. Esta medida ha generado dudas sobre la transparencia del sistema judicial y el posible uso estratégico del proceso legal para evitar el colapso.
Una red empresarial compleja
Grupo Salinas opera en diversos sectores como medios de comunicación, finanzas, telecomunicaciones y comercio. Entre sus principales marcas están Elektra, Italika, Banco Azteca, TotalPlay y la propia TV Azteca. Esta última ha registrado pérdidas por encima de sus ingresos, lo que ha encendido las alertas entre especialistas financieros.
La deuda fiscal que enfrenta el grupo se relaciona con el uso de esquemas de consolidación fiscal que permitían compensar pérdidas entre empresas del mismo consorcio. Aunque el SAT insiste en que el adeudo es válido, Salinas Pliego insiste en que no hay obligación legal pendiente.
Salinas Pliego: más que empresario, figura política
El dueño de TV Azteca también ha mostrado un lado político. Ha participado en eventos conservadores internacionales como la CPAC, donde ha defendido ideas como el libre mercado, la desregulación y la portación de armas. Estas posturas han generado polémica y lo colocan como una figura que busca influir más allá del ámbito empresarial.
En su participación en diciembre de 2024 en Buenos Aires, Salinas criticó al gobierno mexicano, acusándolo de buscar imponer un régimen autoritario, y pidió a los empresarios involucrarse en los problemas de sus países.
Publicidad oficial y libertad de expresión en la cuerda floja
A pesar de los recortes y de la crisis, TV Azteca sigue recibiendo una importante cantidad de dinero del gobierno federal en concepto de publicidad oficial. Esto, según organizaciones como Artículo 19, revela que el gasto público en medios sigue siendo discrecional y poco transparente.
Desde hace años, las principales televisoras han sido las más beneficiadas por estos contratos, incluso sin cumplir con criterios como el respeto a los derechos laborales. Leopoldo Maldonado, director de Artículo 19, advierte que este modelo perpetúa malas prácticas y convierte a los medios en instrumentos políticos, en lugar de espacios informativos independientes.
Además, las recientes reformas en telecomunicaciones han generado preocupación. La eliminación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el aumento del poder del Ejecutivo para controlar medios y plataformas digitales han sido vistos como riesgos para la libertad de expresión.
¿Un sistema en crisis?
TV Azteca no es el único medio en apuros, pero su situación refleja un sistema de comunicación desequilibrado, donde las grandes empresas concentran poder mientras se debilita la pluralidad y las condiciones laborales. La pregunta que queda es si México está preparado para enfrentar una posible caída de un gigante mediático sin afectar aún más su ya frágil ecosistema informativo.