La perforación del cerro de Colotepec es inviable por su cercanía con la zona arqueológica de Xochicalco, por la probable filtración de cianuro al subsuelo que contaminaría el manto freático y por la gran cantidad de agua que se utilizaría.
El gobierno de Morelos realizó gestiones ante las autoridades federales para evitar la perforación de una mina a cielo abierto, argumentando graves riesgos ambientales, sociales y culturales para la entidad.
En 2006, el actual secretario de Desarrollo Sustentable del gobierno de Morelos, Topiltzin Contreras MacBeath, quizá fue uno de los primeros ambientalistas que se dio cuenta de que una empresa intentaba explotar un cerro y una amplia área comprendida entre la zona arqueológica de Xochicalco y el aeropuerto del estado.
Desde un helicóptero, el entonces investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos tomaba fotografías para el libro Biodiversidad de Morelos, y observó que en el cerro Colotepec, en la comunidad de Tetlama, municipio de Temixco, se trazaban veredas y era evidente la presencia de personal técnico.
Casi siete años después, ya como integrante del gabinete del gobernador Graco Ramírez, Contreras MacBeath se convirtió en una pieza fundamental para que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) descalificara la Manifestación de Impacto Ambiental presentada por la empresa Esperanza Silver SA para obtener los permisos para explotar un cerro y áreas aledañas para extraer oro y
plata en mínimas proporciones, pero con un importante impacto y saldo ambiental en una extensión de mil 500 hectáreas.
Durante un recorrido por la zona, ubicada al sur de Cuernavaca, Contreras Macbeath resumió en tres puntos los elementos que hacen inviable la perforación del cerro de Colotepec para extraer metales preciosos: su cercanía con la zona arqueológica de Xochicalco y la segura afectación de otras áreas no expuestas del centro ceremonial prehispánico, el impacto ambiental por la probable filtración de la solución de cianuro al subsuelo que contaminaría el manto freático y, finalmente, la enorme cantidad de agua que la empresa utilizaría para su desempeño, ya que los estudios que presentó fueron basados en índices de hace más de seis años.
Actualmente el acuífero del que se serviría está en el punto de equilibrio, es decir, 52 por ciento menos del que supone la empresa en su documento.
El pasado 3 de junio, la empresa Esperanza Silver —filial de una empresa canadiense— recibió de la Semarnat la negativa para que continuaran con los trabajos iniciados hace casi diez años, mismos que fueron utilizados para explorar la zona, construir caminos de acceso a diversas partes del cerro de Colotepec y realizar perforaciones en varios lugares para medir hasta dónde están los materiales preciosos.
Para ello trajo del norte del país personal para supervisar la obra y al mismo tiempo realizó contratación de trabajadores del pueblo de Tetlama para cubrir parte de lo que ofreció a la región: generar empleo.
Al pueblo de Tetlama le entregaron una caseta de vigilancia y un tráiler que acondicionaron como dispensario médico. Han buscado la cercanía de la gente, por lo que también remodelaron la entrada de la iglesia con el permiso correspondiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia y han colaborado con el pueblo en sus fiestas patronales, pagan tratamientos médicos que los lugareños no pueden solventar y festejan a los niños y a las mamás en sus respectivos días, dándoles juguetes y aparatos para el
hogar, respectivamente.
Según datos obtenidos por MILENIO, la minera Esperanza Silver tiene una inversión en Morelos de casi 400 millones de pesos.
Con información de: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/6591339dea23a38e6b0bedfe4079788c