
Benito Salazar Coronado y Felipe de Jesús Martínez Alvarado recibieron el último adiós de sus familiares, compañeras y amigos policías, jefes y autoridades estatales en la explanada de la Unidad de Seguridad Pública «Daniel Berrones Meza», en donde se dijo que la muerte de los dos agentes indigna a la institución policial y a la sociedad, pero obliga también a seguir adelante sin bajar la guardia.
Los dos féretros de madera que guardaban los restos de los policías con más de 20 años de servicio fueron custodiados por el secretario general de Gobierno, Jorge Daniel Hernández Delgadillo; el fiscal general Federico Arturo Garza Herrera; el encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Carlos Arturo Landeros Hernández, y otros funcionarios.
En el discurso, se dijo que ambos efectivos tuvieron una larga e intachable carrera policial y que su muerte cubre de luto al Gobierno estatal. Se hizo el compromiso de «no descansar hasta dar con los responsables de este cobarde acto. No nos intimidarán; daremos la batalla y demostraremos que somos más la gente buena, que somos más los policías que queremos una sociedad mejor. Este crimen no quedará impune. Así honraremos el sacrificio de nuestros compañeros».
Enseguida, la corporación disparó tres cargas de salva e hizo sonar las sirenas de las patrullas estacionadas en las cercanías.
A los caídos se les hizo el último pase de lista y todas las y los policías presentes corearon en tres ocasiones el exhorto institucional: «Honestidad, eficiencia y lealtad».Al final, los féretros fueron subidos en carrozas para ser llevadas a su destino final, en tanto que los familiares, ya en franco llanto, recibían la promesa de funcionarios estatales de no ser desamparados ante la ausencia de sus seres queridos.
Pulso
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