En México, 15 por ciento de las autopartes que se comercializan como originales sin serlo, son piratas.
Constituyen un mercado ilegal de 18 mil 750 millones de pesos, según una investigación de la Asociación Nacional de Representantes, Importadores y Distribuidores de Refacciones y Accesorios para Automóviles (Aridra).
En total, el mercado de autopartes vale 125 mil millones de pesos. Las refacciones más pirateadas son filtros, balatas, frenos de tambor, pastillas de frenos, partes electromecánicas y baterías.
En muchas de las ocasiones, los mecánicos las instalan como si fueran originales o las refaccionarias las ofrecen aprovechándose de la ignorancia de algunos automovilistas.
La diferencia de precio es significativa.
Por ejemplo, para un Aveo de General Motors, las bandas pirata son 47 por ciento más baratas que las originales; para un Tsuru de Nissan, un sistema de frenos cuesta 43 por ciento menos.
“La piratería de autopartes es un tema grave, pero no está del todo medido pues pocas empresas comparten la información sobre productos que imitan a sus marcas”, afirmó Víctor Uribe, gerente del Mercado de Repuesto de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
De acuerdo con Aridra, la mayoría de los componentes piratas provienen de China.
Roberto Arochi, abogado de Arochi, Marroquín & Lindner, criticó el bajo nivel de decomisos en México de este tipo de cargamentos: 32 contenedores en 2012, para un país de 120 millones de habitantes.
“No tenemos aduanas”, dijo Arochi durante su participación en el Congreso Internacional de la Industria Automotriz, la semana pasada.
“El sistema aduanero no está funcionando. Hace 3 años se aseguraron 250 contenedores, pero en Japón o en Estados Unidos, hace 20 años, cuando iniciaron los aseguramientos por imitación o falsificación, aseguraron 500 contenedores, y hoy están asegurando más de 10 mil contenedores”, afirmó.
La INA divide el comercio ilegal de autopartes en dos: las piezas que imitan a las marcas originales (piratería) y las piezas importadas de baja calidad.
Las autopartes piratas copian el empaque y la manufactura de la pieza, lo que hace difícil distinguirlas de la marca original.
Ismael, gerente de Tecno-Service, en Interlomas, recomienda a los consumidores fijarse muy bien en el logotipo de la marca, que esté bien terminada y sin deformaciones.
Javier, un dependiente de una refaccionaria en Legaria, recomienda revisar muy bien los empaques, pues muchas veces son reutilizados y se pueden identificar maltratos.
Víctor Uribe, de INA, recordó que actualmente no hay normas oficiales para muchas refacciones, con las cuales se podría frenar la entrada de estos productos.
“Tomará varios años la implementación de las mismas”, agregó.
