La Embajada de Estados Unidos en Kiev, junto con otras representaciones diplomáticas occidentales, cerró temporalmente sus puertas el miércoles por razones de seguridad, ante una posible amenaza de ataque ruso en la capital ucraniana.
La medida fue tomada después de que el Kremlin prometiera responder al reciente permiso otorgado por el presidente estadounidense, Joe Biden, para que Ucrania utilice misiles fabricados en Estados Unidos contra objetivos en suelo ruso. Este movimiento ha generado un fuerte descontento en Moscú, aumentando el riesgo de represalias.
La delegación estadounidense explicó que el cierre fue una medida preventiva debido a los constantes ataques con misiles y drones que Rusia ha lanzado sobre Kiev. Aseguraron que esperan reanudar sus operaciones normales pronto. Embajadas como las de Italia y Grecia también optaron por suspender actividades, mientras que la británica permanece abierta.
Un conflicto cada vez más internacional
La guerra, que cumplió 1.000 días esta semana, ha tomado un cariz global. Recientemente, tropas norcoreanas llegaron a territorio ruso para apoyar a Moscú en el conflicto, lo que habría influido en el cambio de estrategia de Biden al permitir a Ucrania contraatacar en suelo ruso.
Por su parte, el presidente Vladimir Putin anunció una nueva doctrina militar que amplía los escenarios en los que Rusia podría usar armas nucleares. Según esta doctrina, Moscú podría considerar una respuesta nuclear incluso frente a un ataque convencional respaldado por una potencia nuclear, como lo sería un ataque ucraniano con apoyo estadounidense.
La situación sigue siendo delicada y podría marcar un punto crítico en la escalada del conflicto entre Rusia, Ucrania y las potencias occidentales.