En un claro discurso homofóbico atascado de odio, un sacerdote daba una misa en Zacatlán, Puebla, cuando llamó “jotines” a personas de la comunidad LGTBI+ y mencionó que los matrimonios igualitarios, la ideología de género, así como la cultura trans, se trata de “cosas del demonio”, como dijo.
“Copiando a Sodoma con todas estas cosas que se están promoviendo contra la vida, contra la familia, contra la fe; con todo esto de los matrimonios igualitarios, ideología de género, cultura trans y todas estas cosas del demonio”, dijo el padre durante una misa.
Pero su discurso no se detuvo ahí y al llamar “jotines” a las personas homosexuales cuestionó a los presentes en la misa sobre entonces cuál sería el caso de que dos hombres o dos mujeres se casen si nunca podrán engendrar una familia… pero eso sí, “pueden adoptar”, agregó de forma irónica. “Qué desgracia”, dijo, aunque aseguró que no tiene ninguna “fobia”. Sí, cómo no…
“Sabe Dios por qué tomaron esas inclinaciones”, agregó, pero garantizó que a pesar de ellos siguen siendo hijos de Dios porque están llamados a vivir una “vida correcta”, sentenció.
Lo que quizá no sepa el padrecito es el riesgo y las implicaciones de los discursos homofóbicos. De acuerdo con el Observatorio Nacional de crímenes de odio contra personas LGBT de la Fundación Arcoiris, entre mayo de 2020 y abril de 2021, se cometieron 87 crímenes de odio contra personas LGBT.
De estas 87 agresiones registradas por identidad de género, 47 por ciento han sido contra mujeres trans; 39 por ciento contra hombres; 8 por ciento contra mujeres; 3 por ciento contra hombres trans; y 3 por ciento contra personas no binaries.
En cuento a la orientación orientación sexual, las agresiones totales se dividen en37 por ciento contra personas homosexuales; 28 por ciento contra heterosexuales; 21 por ciento sin identificar; 11 por ciento contra lesbianas; y 3 por ciento contra personas bisexuales.
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