Cada día millones de padres acuden a hospitales, centros de salud, farmacéuticos, médicos y sanadores que aplican prácticas tradicionales en busca de atención sanitaria para sus hijos enfermos. Los estudios indican que en muchos casos estos dispensadores de salud no evalúan ni tratan adecuadamente a los niños, y que los padres tampoco reciben asesoramiento adecuado. En los servicios sanitarios de primer nivel de países de bajos ingresos, el apoyo diagnóstico de servicios como los de radiología y laboratorio es mínimo o inexistente y a menudo escasean los medicamentos y el equipo. La limitación de suministros y de equipo, junto con el ritmo irregular del flujo de pacientes, reducen las posibilidades de que los médicos de este nivel de atención puedan aplicar procedimientos clínicos complejos. Por el contrario, para determinar un tratamiento aprovechando al máximo los recursos disponibles suelen basarse en la historia médica y en un examen físico.
¿Cuáles son los principales peligros para la salud de los niños?
En 2011 cerca de 6,9 millones de menores de cinco años murieron (más de 800 cada hora), pero la mayoría de ellos podrían sobrevivir y crecer si tuvieran acceso a intervenciones simples y asequibles.
El riesgo de muerte es más elevado en el primer mes de vida. La mayoría de las muertes neonatales son debidas a partos prematuros, asfixias del parto e infecciones. Los riesgos neonatales pueden reducirse con:
- atención de calidad durante el embarazo;
- partos seguros atendidos por asistentes de partería cualificados, y
- buenos cuidados neonatales: atención inmediata a la respiración y la temperatura, cuidados higiénicos de la piel y el cordón umbilical, y lactancia exclusivamente materna.
Entre el mes y los cinco años, las principales causas de muerte son la neumonía, la diarrea, el paludismo, el sarampión y la infección por VIH. Se calcula que la malnutrición contribuye a más de un tercio de la mortalidad infantil.
- La neumonía es la principal causa de muerte en menores de cinco años. Para prevenir la neumonía son imprescindibles la vacunación, la lactancia materna y el combate a los principales factores de riesgo, en particular la malnutrición y la contaminación del aire de interiores. Los antibióticos y el oxígeno son imprescindibles para tratar la enfermedad.
- Las enfermedades diarreicas son una de las principales causas de enfermedad y muerte en niños de los países en desarrollo. La lactancia materna ayuda a prevenir la diarrea en los niños pequeños. El tratamiento con sales de rehidratación oral y suplementos de zinc es seguro, rentable y puede salvar la vida.
- Cada minuto muere un niño debido al paludismo. Los mosquiteros tratados con insecticidas evitan la transmisión y aumentan la supervivencia de los niños.
- Más del 90% de los niños infectados por el VIH han recibido el virus de sus madres; esa transmisión se puede prevenir administando antirretrovirales y aplicando unas prácticas más seguras en el parto y la alimentación.
- Ceñirse a estas directrices de alimentación podría evitar un 20% de las muertes de niños menores de 5 años en el mundo. La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.
Cerca de dos tercios de las muertes infantiles son prevenibles con intervenciones prácticas de bajo costo. La OMS está mejorando la salud infantil ayudando a los países a prestar una atención sanitaria integrada y eficaz que va del embarazo sano y el parto hasta los cinco años. La inversión en sistemas de salud sólidos es fundamental para la prevención y la prestación de una atención de calidad.
Ricardo Lucio Gil
Twitter: @ricardoluciogil