Un auto blanco, pequeño, se sacude con violencia. Una panadera que tiene el coche a tiro de la marquesina de su comercio comienza a gritar. Dentro del vehículo hay tres jóvenes semidesnudos que se turnaban para violar a una mujer. Fuera, otros tres tocan la guitarra y cantan, para distraer. Los vecinos se acercan y rescatan a la mujer a golpes de escoba. La víctima tiene sus ropas rasgadas y apenas puede hablar. Los violadores se defienden, gritan, lanzan puñetazos. Buenos Aires está conmovida. La última violación grupal registrada en la capital argentina fue el lunes a plena luz del día en Palermo, uno de los barrios turísticos más concurrido de Buenos Aires, entre bares, cervecerías artesanales, librerías y estudios de televisión.
La víctima tiene 20 años y ya está con su familia. Antes de ser trasladada a un hospital dijo que había ido a bailar con amigos, pero que luego se quedó sola esperando el bus y fue interceptada por sus agresores. Todos tienen entre 20 y 24 años. Uno de ellos es estudiante de arquitectura, otros militan en agrupaciones políticas de izquierda y suelen viajar juntos. En sus redes sociales se los ve con mochilas al hombro en alguna sierra de Córdoba, o compartiendo un asado.
El lunes era día feriado de Carnaval y Palermo estaba lleno de gente. Por eso no faltaron testigos. “Estaba barriendo y el que me avisó que había algo raro es mi marido”, cuenta Natalia, la panadera, a los medios que se acercaron al lugar. “Primero pensamos que era una pareja que estaba teniendo sexo, pero luego notamos que en el vehículo había otros tres jóvenes, que la manoseaban, la agarraban de los brazos y la obligaban a practicarles sexo oral. Se turnaban para abusarla”. “Miro bien y la chica estaba claramente bajo efectos de algún tipo de drogas”, agrega, “como que cerraba los ojos y estaba totalmente ida. Salimos a ayudarla”.
Los abusadores intentaron escapar, pero fueron abordados por los vecinos. “Dos de ellos arrastraban a la chica de los pelos y los brazos, otros dos se fueron para una dirección diferente y los restantes se quedaron merodeando el lugar. Tratábamos de detenerlos con un palo de escoba y con un secador”, cuenta la panadera. Luego llegó la policía. Tuvo que proteger a los violadores de la ira de la gente. Dentro del coche encontraron marihuana y dosis de LSD; también siete teléfonos móviles. Los detenidos fueron repartidos por diferentes comisarías, mientras que la víctima ya está en su casa, con su familia.
A una semana de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la violación grupal en Palermo puso en evidencia cuánto queda por hacer en el país del #NiUnaMenos. En 2021, entre 220 y 230 mujeres fueron asesinadas por violencia de género, según registraron los observatorios Mumalá y Ahora que sí nos ven. El Ministerio de Seguridad de la Nación, en tanto, registró 5.703 víctimas de violación en 2020, 159 más que en 2019 y 1.437 más que en 2018. Los casos de 2020 suben hasta los 20.900 cuando se trata de agresiones sexuales.
Las redes sociales reaccionaron de inmediato al caso de Palermo. “Sigo a muchas mujeres. Con algunas coincido siempre; con otras, a veces; con otras, nunca. Sin embargo, desde ayer estamos todas en la misma: asqueadas, enojadas, tristes, furiosas. La violación grupal de Palermo nos atraviesa a todas por igual”, escribió Florencia Etcheves, periodista, escritora y militante feminista. Otras cuentas se tomaron el trabajo de buscar las fotos de los detenidos en sus perfiles para difundirlas con nombres, documentos y hasta domicilios particulares. La pena por lo que han hecho puede llegar hasta los 15 años de cárcel.
El País