En una jornada de intensos debates y polémica, el Senado aprobó la reforma de “supremacía constitucional” con 85 votos a favor y 41 en contra. Esta medida, impulsada por Morena, busca impedir que la Suprema Corte de Justicia y otros tribunales puedan revisar reformas a la Constitución, haciendo improcedentes el juicio de amparo, la acción de inconstitucionalidad y la controversia constitucional contra estas modificaciones. La decisión fue recibida con fuertes críticas por parte de la oposición, que acusa a Morena de intentar instaurar una dictadura en el país.
Los senadores de Acción Nacional se hicieron escuchar con megáfonos y pancartas, gritando “Morena, la dictadura” y mostrando letreros con el mensaje “No a la dictadura en México”. Mientras tanto, los legisladores de Morena respondieron con cartelones que llevaban los logotipos del PRI y el PAN y la leyenda “La oposición moralmente derrotada”. Ambos bandos mantuvieron una tensa disputa por la tribuna en medio de este enfrentamiento.
La reforma fue promovida por Adán Augusto López y Ricardo Monreal, coordinadores de Morena en las Cámaras, junto con Gerardo Fernández Noroña y Sergio Gutiérrez, presidentes de las mesas directivas de ambas cámaras. Después de su aprobación en el Senado, la iniciativa fue enviada a la Cámara de Diputados para continuar el proceso legislativo, lo que refuerza la postura de Morena de blindar sus reformas constitucionales ante el Poder Judicial.
En su defensa, Morena argumentó que la medida no elimina el control constitucional y pretende evitar que las reformas queden paralizadas ante controversias judiciales. Sin embargo, la oposición advierte que esto pondría en riesgo los derechos de los ciudadanos, al eliminar su capacidad de impugnar cambios a la Carta Magna. La aprobación en “fast track” de esta reforma, en una triple sesión en el Senado y con una duración de apenas dos días desde su presentación, fue un factor que encendió aún más las críticas.
La votación se dio en un contexto tenso y rodeado de manifestaciones, con pancartas y consignas que evidenciaban el descontento de las bancadas de PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, quienes aseguran que esta reforma deja al país en una situación de indefensión y vulnerabilidad frente a las decisiones del partido en el poder.