Una vecina del barrio de San Sebastián denunció públicamente al sacerdote local, identificado como el padre Samuel, por presunta agresión física y verbal, además de haberla exhibido frente a decenas de personas durante las recientes fiestas patronales.
La joven, quien pidió mantener su identidad en reserva por temor a represalias, relató que lleva dos años viviendo en la zona. Durante los festejos, un cohete lanzado desde el jardín de la iglesia cayó en su casa y provocó el incendio de una maceta. Alarmada por el hecho, intentó comunicarse con los responsables y fue dirigida al sacerdote.
Según su testimonio, al plantearle la situación, el padre Samuel respondió con indiferencia: “¿Y qué quiere que haga?”. Cuando ella insistió en su queja, el sacerdote la tomó del brazo sin su consentimiento y la llevó al centro del atrio, donde había más de 60 personas. Ahí la exhibió y dijo en voz alta: “Esta vecina viene a quejarse de las fiestas. Estoy harto de los vecinos, ya me tienen hasta la madre”.
La mujer aseguró que durante el altercado pidió al sacerdote que no la tocara, pero fue ignorada. Tras ser expuesta, recibió burlas, insultos y hasta agresiones verbales por tener tatuajes, entre ellas frases como “mentirosa”, “quejumbrosa” y “te vas a ir al infierno”.
Más tarde, otras mujeres del barrio se acercaron a contarle experiencias similares con el mismo sacerdote, lo que sugiere que este tipo de comportamiento no es aislado.
“Yo no fui a pelear. Solo quería expresar una preocupación. Lo que viví no fue solo una falta de respeto, fue una forma de violencia. Y me preocupa que se normalice porque ocurre dentro de una tradición”, dijo la denunciante.
Aclaró que su intención no es atacar a la iglesia ni a las costumbres del barrio, sino poner un alto a los abusos de poder y a cualquier forma de maltrato, venga de quien venga.