Sextante | Sucesión en la UASLP: Rector a cotejo

Marco Antonio García Briones

22 de enero de 2024.

En este año que comienza llamó la atención, en la prensa, el anuncio que el Médico Alejandro Javier Zermeño Guerra expresó en el sentido de reelegirse para el cargo de Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), por un periodo de cuatro años adicionales a los ya ejercidos.

De acuerdo con las normas de esa institución, menos de 60 personas, todos miembros del Consejo Directivo Universitario, tendrán voto en el suceso. La UASLP, de acuerdo con los indicadores de su tercer informe tiene 33, 362 alumnos y 3, 301 profesores.

Sin duda, Zermeño se va a encontrar con temas difíciles en su camino a la reelección. Temas que han sido ventilados en la opinión pública por diferentes medios de comunicación. A saber, los siguientes:

1.- Caída de ranking internacional y nacional de la UASLP del esquema de las universidades con mayor calidad académica. Incluida la Facultad de Medicina.

2.- Mala administración del presupuesto de la UASLP o, por lo menos, reticencia a transparentar el uso de recursos de la UASLP.

3.- Peligro de incumplimiento del pago de nómina del personal de la UASLP.

4.- Amplia prodigalidad en erogaciones de boletos de avión y telefonía celular, que le han sido documentadas.

5.- No se han atendido ni dado tramite a casos de acoso estudiantil, violencia de género, ni de acoso laboral de los que ha tenido conocimiento el titular de la rectoría.

6.- Está documentado y sentenciado el caso de acoso sexual y acoso y hostigamiento laboral en la UASLP en contra de Emma Elisa Menchaca de la Rosa y sin embargo la autoridad universitaria desobedeció una sentencia y re victimizó a la afectada.

7.- No ha existido aumento significativo en la oferta educativa de cada carrera, a pesar de la creciente demanda estudiantil para ingresar a la universidad.

8. Doctorados Honoris Causa a ex funcionarios de la Auditoría Superior de la Federación que no encontraron irregularidades en el ejercicio del presupuesto de la UASLP.

Cada uno de estos temas pueden ser encontrados por búsqueda simple y cada uno ha merecido espacios importantes de consideración en medios del domino público.

Los rankings que establecen el lugar que ocupa la UASLP respecto de otras universidades es lo que quizá más preocupe, dentro de la Autónoma de San Luis Potosí, a estudiantes y a los padres de esos mismos estudiantes. Me explico, la mayoría de ellos no tiene las posibilidades de migrar a una universidad mejor posicionada y tiene que echar mano de lo que San Luis tiene en existencia. El ranking es también motivo de preocupación para profesores y académicos de la UASLP. No es lo mismo ser profesor o académico de una universidad en los primeros lugares que profesor o académico en la universidad número veintitantos o más allá del 1000 a nivel internacional. Quizá lo más desagradable es conocer el actual lugar de la UASLP.

Concretamente el QS World University Ranking, reporta que en 2021 la UASLP estaba más allá del número 1000 a nivel mundial, en 2022 más allá del lugar 1200, en 2023 más allá entre los lugares 1200 a 1400 y en 2024 más allá del 1400. Es decir, la UASLP va en franca caída libre; caer 400 lugares en 4 años es como para encender alarmas sí o sí. Hay otros indicadores, pero los resultados son similares. Esto impacta directamente en la reputación de la UASLP.

¿Qué es lo que mide el QS World University Ranking? reputación académica, reputación del empleador, proporción docente/estudiante, citas por facultad, proporción de estudiantes internacionales y proporción de profesores internacionales.

A nivel nacional, la UASLP, en 2023, se ubicó en el lugar 23 de 33 universidades, siendo superada por las universidades de Querétaro, Hidalgo, Nuevo León y Aguascalientes, estados vecinos de San Luis Potosí.

La UASLP ejerce un presupuesto superior al que está a disposición del gobierno municipal de la Capital de San Luis Potosí. No obstante, la UASLP, en lo académico, está superada por universidades vecinas.

Quizá lo más triste sea constatar que la Universidad no acepta más alumnos, su oferta sigue ahí, un tanto inmóvil. Sus recursos no se ven reflejados en mejor infraestructura y tecnología. Los alumnos se siguen sentando en las mismas sillas en las que se sentaron sus maestros hace veinticinco años o más, los salones son los mismos. Se trabaja en computadoras que están a punto del desahucio por haber cumplido hace tiempo su vida útil, con softwares inadecuados para alumnos, profesores y académicos. Con proyectores y computadoras que cualquier día se descomponen, con los mismos pizarrones. Y la pregunta obligada es ¿Por qué?

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