Texto y fotografías de María Ruiz
La inauguración de la calle Sebastián Elcano en la capital potosina fue celebrada por las autoridades municipales como un logro más de su administración, pero para los vecinos no es más que la prueba de que en San Luis Potosí las obras públicas avanzan solo cuando la ciudadanía presiona lo suficiente.
Lo que comenzó como un ejercicio del Laboratorio para el Aprovechamiento del Derecho de Acceso a la Información Pública, organizado por la Facultad de Ciencias de la Comunicación y el portal Astrolabio, terminó convirtiéndose en una batalla de más de dos años contra la burocracia municipal para obtener lo que, en teoría, era un derecho básico: una calle digna y transitable.
Aunque el Gobierno Municipal entregó la pavimentación de un mil 500 metros cuadrados, el proceso estuvo lejos de ser un ejemplo de eficiencia. El tiempo estimado para la obra, según lo referido por las autoridades fue de un poco más de tres meses, pero se tardó más de dos años en completarse luego de una serie de retrasos, promesas incumplidas y justificaciones por parte de la administración.
Aunque la obra finalmente se concretó, los vecinos insisten en que la pavimentación de una sola calle no resuelve los problemas estructurales de la zona. Otras vialidades como Nicolás de Ovando y López de Legazpi en la colonia Valles de Bravo, siguen en estado crítico con drenajes colapsados, constantes inundaciones y problemas de movilidad que han sido ignorados por años.
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Una obra tardada y con justificaciones oficiales
El director de Obras Públicas, Eustorgio Chávez Garza, justificó el tiempo en la ejecución al señalar que los procesos administrativos son los que ralentizan los proyectos.
“El proceso normal es que una vez realizada la solicitud, se debe ingresar al consejo ciudadano de desarrollo, donde se vota y se asigna el presupuesto. Este trámite puede tardar entre 45 y 60 días antes de que la obra pueda ser adjudicada, contratada y puesta en marcha”, explicó.
Además, afirmó que la ejecución de estos trabajos suele tomar entre cuatro y seis meses, pero según las condiciones de la infraestructura, esto podría tomar más tiempo. Un argumento que para algunos vecinos no justifica que hayan tenido que esperar tanto tiempo para ver su calle arreglada.
“La obra no debió tardar tanto. Sabemos que los procesos llevan tiempo, pero aquí parece que a menos que se haga presión, simplemente no avanzan”, señaló uno de los habitantes de la zona.
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Los vecinos han documentado como sus solicitudes han sido ignoradas o postergadas repetidamente. Afirman que han presentado cinco peticiones formales, además de que las autoridades municipales han visitado la zona en diversas ocasiones sin ofrecer soluciones concretas.
“El municipio, Vialidad y otras instancias vinieron varias veces, nos escucharon, nos prometieron, nos hicieron firmar documentos… y nada pasó hasta ahora. Nos dicen que hay una aplicación para reportar problemas, pero ni siquiera la conocíamos. Al final, lo único que funcionó fue insistir y hacer ruido”, afirmó otra vecina.
Ante esto, el director de Obras Públicas señaló que “una vez que ya se se inician los trabajos, el tiempo normal de entrega son de cuatro meses, pero este se puede alargar hasta más de seis meses, pues pueden presentarse eventualidades”.
Calles olvidadas, drenaje colapsado e inundaciones constantes
Más allá de la pavimentación de Sebastián Elcano, las condiciones en Nicolás de Ovando y López de Legazpi evidencian el abandono de la zona.
“Aquí llueve cualquier cosita y se inunda todo. El agua entra a las casas, el drenaje ya no sirve. Hace un año vinieron disque a arreglarlo, pero solo lo parcharon y nos dijeron que ya estaba listo”, denunciaron los afectados.
El riesgo sanitario y estructural que representa un drenaje colapsado no ha sido motivo suficiente para que el Ayuntamiento de la capital actúe con urgencia. Mientras tanto, los habitantes aún enfrentan daños en sus viviendas cada temporada de lluvias.
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Caos vial que nadie quiere atender
Otro problema grave en la zona es el tráfico descontrolado ocasionado por el Colegio Othón y la falta de señalización adecuada en esta calle que es de circulación de dos carriles automovilísticos.
Por parte del acceso a la movilidad, los habitantes señalaron que los padres de familia del colegio usan la calle Sebastián Elcano como estacionamiento sin ninguna regulación.
“Desde lunes hasta sábado, esto es un caos. Nos bloquean las cocheras, los pasos peatonales y nadie hace nada. Municipio y Vialidad solo nos traen de un lado para otro”, señalaron los vecinos.
Se han solicitado señalética, presencia de tránsito y regulación vial, pero hasta ahora la respuesta fue medianamente atendida, pues durante la inauguración de los trabajos de rehabilitación, se hizo el señalamiento de las líneas blancas y amarillas en las banquetas para delimitar el espacio e indicar las restricciones de estacionamiento, pero no estaban bien ubicadas.
“El secretario de Seguridad, Juan Antonio Villa, instruyó al director de Policía Vial y Movilidad, José Adolfo Ortiz, para pintar una área prohibida de estacionamiento en una de las aceras de Sebastián Elcano, en el transcurso de la próxima semana, lo cual solucionará nuestras peticiones”.
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El alcalde se compromete, pero los vecinos dudan
Durante la entrega de la obra, el alcalde Enrique Galindo Ceballos reconoció que la pavimentación de Sebastián Elcano fue resultado de la presión ciudadana.
“Siempre he pensado que hay que escuchar a la gente cuando nos pide algo, por qué nos lo pide y cuál es su necesidad. Esta colonia llevaba mucho tiempo sin recibir atención y por eso decidimos intervenir”, declaró.
Además, se comprometió públicamente a pavimentar Nicolás de Ovando y López de Legazpi, aunque sin ofrecer fechas concretas. Según sus palabras, el proceso administrativo tardará entre tres y cinco meses antes de que las obras inicien.
“Ya comprometimos estas dos nuevas obras aquí en la colonia. Ahora solo es cuestión de tiempo para seguir el trámite. Nuestra palabra está empeñada”, aseguró Galindo.
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La vigilancia ciudadana, única garantía de cumplimiento
Tras la experiencia con Sebastián Elcano, los vecinos han decidido que no bajarán la guardia hasta que todas sus demandas sean atendidas.
“No queremos que nos pase lo mismo otra vez. Vamos a estar pendientes de que cumplan lo que prometieron y si es necesario, vamos a seguir insistiendo”, advirtieron.
La pavimentación de una calle no borra años de abandono ni soluciona las deficiencias en servicios públicos. El caso de Sebastián Elcano es solo una muestra de como sin la presión ciudadana, muchas de estas obras simplemente no suceden.