El número de víctimas mortales del peor terremoto en Afganistán en los últimos años ascendió este martes a 1,411 personas fallecidas y más de 3,100 heridas, según confirmaron las autoridades del gobierno talibán.
El sismo, de magnitud 6, ocurrió la medianoche del lunes en la región montañosa del oriente del país, a una profundidad de 10 kilómetros, con las provincias de Kunar y Nangarhar como las más afectadas. Más de 5,400 viviendas quedaron destruidas.
El terreno accidentado y las carreteras estrechas bloqueadas por escombros han dificultado el acceso de los equipos de rescate a las aldeas más remotas. “No podemos predecir con exactitud cuántos cuerpos podrían estar aún atrapados bajo los escombros”, declaró Ehsanullah Ehsan, jefe provincial de gestión de desastres, quien agregó que maquinaria pesada está siendo utilizada para despejar caminos.

La Media Luna Roja Afgana y organismos de la ONU advirtieron que la cifra de muertos podría aumentar. El UNICEF alertó sobre el peligro para miles de niños e informó que ya envió medicamentos, ropa de abrigo, tiendas de campaña, artículos de higiene y lonas para refugio.
Helicópteros han trasladado heridos hacia hospitales en Kabul y Nangarhar, mientras soldados talibanes se desplegaron para garantizar seguridad y apoyo logístico. La OMS advirtió que el sistema sanitario local está desbordado, lo que hace depender por completo de la asistencia internacional.

Afganistán, ubicado sobre la cordillera del Hindu Kush, es altamente propenso a terremotos. En 2022, un sismo de magnitud 6.1 en la misma zona dejó cerca de 1,000 muertos.