San Luis, entre los que menos vivienda vende
El sector de la vivienda potosino no ha alcanzado sus niveles prepandémicos, que aunque ya estaban siendo afectados por la ausencia de permisos y otras dificultades, tenían expectativas reales de recuperación para el mediano y corto plazo.
Sin embargo, San Luis Potosí sigue siendo una de las entidades en las que menor cantidad de créditos adjudica el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), que en 2021 colocó apenas 10 mil 365 créditos y de estos solo 8 mil 295 fueron para vivienda.
Resulta paradójico que en 2020, año en que llegó la pandemia de COVID-19 y paralizó toda actividad económica, el Infonavit haya adjudicado 10 mil 725 financiamientos, aunque solo 8 mil 606 se ejercieron para la adquisición de vivienda nueva o existente.
Guanajuato, el que más créditos recibió en 2021
En comparación, Guanajuato recibió más de 26 mil créditos del Infonavit, lo que convirtió a la entidad guanajuatense en la que se aplicó el mayor número de créditos en el país.
De acuerdo con un informe del propio Infonavit, seis de cada 10 créditos se destinaron en 2021 para la adquisición de vivienda nueva o existente, construcción y pago de pasivos; el resto fueron destinados para mejorar o remodelar inmuebles.
El informe también confirma que 49 por ciento de los créditos que se entregaron en 2021, se colocaron en los estados de Nuevo León, el Estado de México, Chihuahua, Jalisco, la Ciudad de México y Baja California.
Obstáculos administrativos, principal causa
Esto sucede entre otras cosas, por la facilidad que se da en esas entidades a los desarrolladores de vivienda, lo que redunda en la existencia de una mayor disponibilidad de casas habitación, no solo de nivel económico, lo que permite a los derechohabientes escoger de una amplia gama de casas, la que más se acomode a sus necesidades y posibilidades económicas.
Falta de espacios y altos costos inhiben la construcción
Una de las principales quejas de los constructores y desarrolladores de vivienda, es precisamente la lentitud y tortuosidad por la que tienen que atravesar para que les sean autorizados los permisos de construcción, cambio de uso de suelo y otros gravámenes más del ámbito municipal, porque además de que son lentos y complicados, se han vuelto carísimos, haciendo imposible que los empresarios potosinos se decidan a invertir en la capital del estado.
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