“Smoking” Joe Frazier, el hombre que derrotó a Ali

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Con el pantaloncillo azul cielo bien puesto enfiló hacia el temible adversario en el round 15. Era el ocho de marzo de 1971 cuando el considerado “mejor gancho izquierdo” de la historia impactó el mentón derecho del gran Muhammed Ali. El boxeador de lengua larga cayó a la lona mientras Joe Frazier (Carolina del Sur, 1944 – Filadelfia, 2011) se retiraba a una esquina neutra. El Madison Square Garden de Nueva York, con sus mas de 20 mil personas, se convirtió en un manicomio que sucumbía ante el eco de un golpe para la historia.

Frazier media poco más de 1.80 metros y pesaba menos de 90 kilogramos. Aún así es considerado como uno de los mejores pesos completos de la historia. El legado de “Smoking” Joe rebasó fronteras deportivas siendo uno de los principales personajes que le dieron al boxeo un grado de misticismo que hasta la fecha sigue vigente. De sus 37 peleas como profesional, las tres que tuvo con Ali es tal vez el episodio más grande en la historia de este deporte. Hoy queda en la estadística que Frazier perdió dos, pero como cualquier batalla épica en la historia, es el proceso de los combates lo que realmente importa.

Joe Frazier nació un 12 de junio, hace 69 años. Cuando aún no alcanzaba la mayoría de edad se colgó la medalla de oro en Tokio 1964. A los veinte años, el campeón olímpico despertaba inquietudes en los expertos y seguidores que veían una carrera prometedora en un ámbito profesional. Dejando el amateurismo atrás, Joe entró a un mundo del que pronto se convertiría en leyenda. El pequeño de tez negra, dentro de los pesos pesados, iba con el pundonor de quien los golpes son aliciente y no un impedimento.

Aquella primera pelea con Ali fue un combate que abarcó un espacio temporal demasiado importante. El previo fue caótico para la prensa que recogía las declaraciones de tono fuerte que desde las dos trincheras se disparaban. Ali dio una cátedra de cómo calentar una pelea. Entre sus constantes ataques, llamó “Gorila” a su adversario, algo que Frazier nunca pudo perdonar. Luego de cuatro años sin licencia para boxear, sancionado por negarse a cumplir el servicio militar en Vietnam, Muhammed Ali se auto proclamaba como el rebelde mientras definía a Frazier como el negro al servicio de los blancos.

Aquel gancho de izquierda que pudo haber acabado con toda la palabrería de muchos otros peleadores, sirvió como cimiento de la máxima gloria de los pesos pesados. Frazier accedió a la revancha el 28 de enero de 1974 en el mismo lugar. Lleno de personalidades de la farándula, el combate se fue hasta las últimas instancias. Joe Frazier cayó dos veces en el quinto episodio, pero se levantó hasta el final como hizo siempre. Tras 12 rounds, la decisión unánime dio vencedor a Ali. Frazier nunca aceptó aquella derrota. Con esa victoria, la serie “empatada” generó el revuelo de aficionados impacientes para ver un nuevo episodio de dos personas que sin ninguna escala diplomática, se odiaban.

Con la gran aportación del presidente filipino Ferdinand Marcos, el tercer episodio de la memorable batalla se llevó acabó en Manila el 1 de octubre de 1975 con el coliseo Aranneta repleto con poco más de 40 grados centígrados. La pelea pactada a 15 rounds es uno de los momentos más impresionantes en la historia de cualquier deporte. Lo vivido aquel día es una de las mejores anécdotas para contar de quienes tuvieron el privilegio de ver y/o escuchar la noche en que el boxeo dejó este mundo para volverse una lucha existencial entre dos hombres.

Con 14 agotadores asaltos consumados, los dos gladiadores estaban sentados en sus banquillos. Eddie Futch, preparador de Frazier, sube preocupado al ring luego de que su pupilo recibiera un gancho al mentón que le hizo escupir el protector bucal lleno de sangre que salpicaría hasta la primera fila. Futch observa al combatiente que dirige y se da cuenta que no puede ver cegado por los golpes. En la esquina contraria, un exhausto Ali no puede ponerse de pie. Alguien grita que le quiten los guantes de una buena vez cuando una toalla blanca vuela y cae sobre el ring.

Joe Frazier perdió esa batalla por rendición. Futch, quien arrojo la “bandera blanca”, se acercó al oído de “Smoking Joe” para decirle una premonición certera: “Nadie olvidará jamás lo que hiciste esta noche aquí”. Y nadie lo hizo. Luego de aquella pelea, la carrera de Frazier cambio de rumbo. El peleador que tuvo 11 hijos terminó viviendo en un pequeño departamento en Filadelfia justo arriba de su gimnasio.

Aquella noche filipina fue conocida para siempre como “Thrilla in Manila”. Ali declaró que ha sido el momento más cercano que vivió con la muerte. Mucha gente cree que el Parkinson que aqueja al legendario Muhammed, tuvo sus primeras secuelas en aquella pelea agotadora. Joe Frazier, el pequeño gigante que siempre fe hacia adelante, el que siempre se levantaba perdió su vía con un inevitable Knock out cancerígeno en el hígado el 7 de noviembre de 2011. Smoking Joe nació un día como hoy, y se quedó para siempre.

 

“Smoking” Joe Frazier, el hombre que tumbó a Muhammed Ali, a 69 años del día que llegó para quedarse

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