SuKarne da marcha atrás y cancela embarque de ganado nicaragüense ante presión de ganaderos mexicanos

La empresa SuKarne decidió no recibir más de cinco mil reses provenientes de Nicaragua, luego de las preocupaciones expresadas por ganaderos de varios estados del norte del país. La medida busca proteger la sanidad del ganado mexicano y ayudar a que Estados Unidos reabra la frontera a la exportación, cerrada desde mayo por brotes de gusano barrenador.

Tras varias reuniones con autoridades y representantes ganaderos de Durango, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León, SuKarne acordó no llevar el ganado a su planta en Tlahualilo, Durango. Así lo confirmó el titular de la Secretaría de Agricultura (Sader), Julio Berdegué, quien agradeció la disposición de la empresa.

El brote de gusano barrenador detectado en Veracruz y Oaxaca provocó que el 11 de mayo Estados Unidos suspendiera la compra de ganado mexicano. Aunque reabrió parcialmente el 7 de julio, el cierre se reactivó apenas dos días después al detectarse un nuevo caso.

El anuncio de un segundo embarque desde Nicaragua, país con miles de casos activos de esa plaga, encendió las alertas entre los productores. Temían que esto pusiera en peligro las negociaciones con autoridades sanitarias de Estados Unidos.

Rogelio Soto Ochoa, presidente de la Unión Ganadera de Durango, informó que tras las reuniones con Sader, se reforzaron los controles sanitarios en la frontera sur para evitar el ingreso de ganado sin certificación. Aunque el primer cargamento sí cumplió con los requisitos, los ganaderos pidieron extremar precauciones, ya que un solo error puede afectar a todos.

Actualmente, las conversaciones entre el gobierno federal, APHIS y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) continúan. Los productores insisten en que no se relajen los filtros sanitarios para evitar más retrasos en la reapertura del mercado estadounidense.

Los ganaderos urgen una solución antes del 31 de agosto, fecha límite del ciclo ganadero. De no lograrse, tan solo en Durango las pérdidas podrían alcanzar los 2 mil 500 millones de pesos.

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