El conducir con hambre es un mal hábito. Sin embargo, muchas personas lo hacen por la premura del tiempo.
Qué prefieres, ¿salir temprano de casa para evitar el tráfico o desayunar? ¿Dormir diez minutos más o levantarte antes para comer algo en forma?
El problema es que una gran mayoría desconoce los efectos que esto tiene en su salud y en su conducción.
Conducir con hambre es peligroso
Aunque tú no lo percibas, el conducir sin alimento detona una serie de efectos secundarios, como: disminución de la atención, tiempos de reacción más lentos, irritabilidad y mal humor, distracción, nerviosismo, mareo, dolor de cabeza y malestares estomacales.
Si manejas en la mañana sin desayunar, tus niveles de glucosa estarán a sunivel más bajo.
De esta manera, es indispensable mantener los niveles de glucosa establesdurante el día.
También el hambre y la glucosa es responsable del mal humor, lo que se refleja en un manejo más precipitado e incluso intolerante con el resto de los automovilistas.
Si bien lo mejor es no conducir con el estómago vacío, hacerlo después de una comida abundante tampoco es recomendable.
¿La razón? El proceso digestivo es causa de cansancio severo, además de que pueden aparecer síntomas digestivos molestos.
Por ello, si comes abundantemente, lo mejor es tomar una siesta de veinte minutos para estar bien descansado.
Sin embargo, lo mejor es distribuir los alimentos en varias comidas durante el día.
Esto ayudará a mantener la glucosa estable y a no tener digestión pesada, lo cual se manifiesta en mayor atención, reacción y concentración.
A su vez, se deben evitar alimentos irritantes, grasosos y de difícil digestión.
¿Café, té o bebidas energéticas?
Estas bebidas deben ser consumidas con mesura, debido a que, además de ser muy irritantes, favorecen la deshidratación dentro del auto.
Finalmente, la deshidratación provoca síntomas similares a los del alcohol al momento de conducir.
Las bebidas con cafeína, si bien son estimulantes, no sustituyen ni compensan la falta de alimento.
Fuente:Autos Rpm