La remodelación de la transitada vialidad lleva ya casi un año y no tiene para cuando acabar.
En los límites entre Soledad y San Luis, comerciantes y vecinos de la avenida Ricardo B. Anaya se quejaron de la lentitud con que se realiza la renovación de esta avenida.
Hasta el momento, la repavimentación en concreto hidráulico va desde el cruce con la carretera a Rioverde hasta pocos metros antes de la calle Golfo de California, lo que representa un avance aproximado de sólo un kilómetro.
Sin embargo, vecinos y empresarios agrupados en un frente común han sostenido pláticas con los responsables de la obra y en una de las últimas reuniones se había hecho el compromiso de terminar cuanto antes las banquetas para facilitar el tránsito de peatones, compromiso que hasta la fecha no se ha cumplido.
En muchos comercios de la zona sus propietarios han pegado carteles rechazando no tanto la obra, sino la forma en que se está ejecutando. “No a la destrucción de la zona comercial de la Ricardo B. Anaya”, “Sus obras tardan meses y meses”, “Que terminen primero el tramo de Aurrerá a Golfo de California y luego otro”, son algunas de las consignas.
Las mismas pancartas se quejan de la gran cantidad de “polvo, suciedad, hoyos y lodo” que los comerciantes y los residentes de la zona en general han tenido que soportar desde que la obra inició hace ya casi un año.
Dicen que para colmo, la inseguridad se ha incrementado en el sector con la presencia de vagos de colonias vecinas, que aprovechan que las patrullas de la Policía prefieren evitar el embrollo de meterse a las calles obstruidas por la obra.
El próximo lunes habrá una nueva reunión para definir la forma en que protestarán por el poco avance que muestra este proyecto del Ayuntamiento de la capital.
Fuente: Pulso