J. salió del Jardín de Niños ‘Guadalupe Borja’, en Saltillo, Coahuila, sumido en llanto, envuelto en un intenso dolor. Al llegar a casa, su madre se dio cuenta de que el niño de tres años tenía heridas en el área rectal. Llevaba apenas 27 días como alumno de 1°.
Más tarde, se sabría que “Cantos”, el maestro de música, y Servando “el que barre”, lo agredieron sexualmente en el kínder. Los casos como el de J. son más frecuentes de lo que se reconoce oficialmente.
En la última década se registraron 3 mil 534 casos similares. Aunque en la Ley General de Educación (LGE) está establecida la responsabilidad del personal de los colegios de denunciar los presuntos delitos ante la justicia, esto no siempre se cumple.
Estadísticas y versiones públicas de actas de hechos (formato en los que se registran las quejas) de las 32 secretarías de Educación del país indican, de manera oficial, que entre 2012 y febrero de 2023, en México todos los días ocurre una agresión sexual cometida por el personal de las escuelas.
En el caso del Guadalupe Borja, los padres recuerdan el diálogo que la directora inició con su hijo:
—¿Quién te hizo eso?
—Gerardo —respondió el niño.
—Gerardo, el niño de la maestra Nancy —insistió, como afirmando, la servidora pública.
—No, Gerardo —reiteró el J., en referencia al profesor de música.
Los padres cuentan que la directora se negó a llamar a una patrulla y que a regañadientes levantó un acta de hechos, en ella, la directora consignó que la víctima acusaba a otro estudiante.
La directora, una servidora pública de la Secretaría de Educación del estado (SEDU), no dio aviso inmediato a sus superiores y evadió su obligación de dar aviso a las autoridades de justicia.
Esta problemática no se ha frenado en la última década; por el contrario, va en aumento. Entre 2012 y 2015 las distintas secretarías de Educación del país reportaron 596 casos en todo México, un promedio de 149 al año.
Los registros del periodo son pocos, pues las mismas dependencias reconocen que no registraban la información.
A partir de 2017, creció la cifra de registros oficiales hasta duplicar el registro anual. La tendencia siguió al alza hasta la pandemia, y aunque niños y adolescentes dejaron las aulas, las violencias desde las escuelas no cesaron, los registros son principalmente por acoso sexual del personal cometido de manera virtual, como indican las actas de hechos.
Una vez que la emergencia sanitaria bajó y los alumnos regresaron a las escuelas, la violencia sexual contra ellos arrasó: en 2022 se registraron 574 quejas.
Las cifras oficiales de enero y febrero 2023 muestran un panorama poco alentador: 132 casos en solo dos meses, es decir, todos los días dos niños y niñas son violentados sexualmente dentro sus escuelas.
Sobre los victimarios, se identificaron plenamente a 911 probables agresores: 90% son hombres. Resalta que, de esta muestra, 717 son docentes, 88 personal de limpieza y 33 directivos. El resto son personal administrativo, becarios, encargados de cooperativa, entre otros.
El análisis muestra que las víctimas son diversas: niñas, niños y adolescentes, la mayoría son mujeres (68%) y entre más pequeños más vulnerables al abuso y violación sexual. Sin embargo, el 37% de los casos ocurrieron en secundaria, principalmente en contra de mujeres.
Alumnas de entre 12 y 14 años reportan a docentes que han tenido acercamientos de índole sexual con ellas, según en las actas de hechos.
Las violencias sexuales contra escolares de primaria están en el segundo lugar, hay 884 quejas.
El Gráfico